PP y PSOE inauguran las migajas de la prometida rambla floral gitana

No hay rambla, pero sí estreno oficial de las migajas en que quedó el proyecto. Ayer, la consejera de Integración Social, Elena Vázquez, y la concejal de Servicios Sociales, Ana María García Armendáriz, inauguraron cinco puestos de flores. A ellos se ha reducido la promesa inicial de instalar de 40 a 60 quioscos en una zona céntrica para mujeres de familias gitanas desfavorecidas que cobran el salario social.

El pleno municipal de febrero de 1992 aprobó un proyecto mucho más ambicioso, elaborado por la asociación de mujeres gitanas Romí Serseni y propuesto por el PSOE. Eran tiempos de f...

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No hay rambla, pero sí estreno oficial de las migajas en que quedó el proyecto. Ayer, la consejera de Integración Social, Elena Vázquez, y la concejal de Servicios Sociales, Ana María García Armendáriz, inauguraron cinco puestos de flores. A ellos se ha reducido la promesa inicial de instalar de 40 a 60 quioscos en una zona céntrica para mujeres de familias gitanas desfavorecidas que cobran el salario social.

El pleno municipal de febrero de 1992 aprobó un proyecto mucho más ambicioso, elaborado por la asociación de mujeres gitanas Romí Serseni y propuesto por el PSOE. Eran tiempos de fuertes movilizaciones vecinales contra la droga. El plan se pensó para dar una salida laboral a un colectivo abocado a la marginación. Entonces se planeaban de 40 a 60 puestos, no 12 como se pensó después, ni mucho menos cinco.El Gobierno regional ha invertido 12 millones de pesetas en un plan que se ha quedado reducido a cinco quioscos diseminados por un distrito.

Antonia Jiménez, de 43 años, es una de las afortunadas. A partir de hoy regenta uno de los dos puestos ubicados en la Cruz de los Caídos. Con seis hijos y un marido enfermo de artritis reumatoide, ve en el quiosco de flores una salida profesional que le haga dejar de depender del salario social y de la venta a salto de mata.

Yolanda Montoya, su vecina de quiosco, con 24 años y un niño de cinco, también está satisfecha. "Lo de las flores lo lleva mi familia en la sangre porque desde hace años ayudaba a mi padre en su puesto del cementerio del sur", explica.

Los quioscos se han pagado con parte de la subvención de la Comunidad. Las mujeres cobrarán tres meses más el salario social para contar con una ayuda inicial. Después dejarán de percibirlo y tendrán que bandearse solas.

El proyecto levantó grandes expectativas entre numerosas familias gitanas sin medios de vida, pero sus ilusiones se han quedado truncadas. Al menos, por ahora. Romí Sersení tiene unas doscientas solicitudes.

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En estos dos años y medio de espera y negociaciones los mayores escollos han surgido en el mismo Ayuntamiento, ya que sólo el concejal de Ciudad Lineal, Jorge Barbadillo, atendió a la llamada de García Armendáriz pidiendo emplazamientos para los puestos.

El consistorio nunca apoyó las ubicaciones planteadas en un principio, como Cibeles, la Castellana o la Cuesta de Moyano. Después propuso la estación del AVE, en Atocha, a lo que se negó Renfe.

La Asociación de Floristas Madrileños no ve con muy buenos ojos esta iniciativa, porque no se fían de que las vendedoras paguen sus impuestos y hagan un trabajo profesional.

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