González dice que la situación española le impide plantearse la presidencia de la UE

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha encontrado un nuevo argumento para rechazar la antigua sugerencia, que le fue hecha en su día desde Bonn y desde París, de presentar su candidatura a la presidencia de la Comisión Europea. Cuando España atraviesa dificultades políticas y económicas no puede abandonar, el barco, sino que debe seguir al timón. Ayer, en la cumbre de la Unión Europea (UE) en la isla griega de Corfú, lo quiso dejar bien claro. Desempeñó un papel clave para intentar en vano desbloquear la designación de un nuevo presidente para el órgano ejecutivo comunitario. Pero en ...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

El presidente del Gobierno, Felipe González, ha encontrado un nuevo argumento para rechazar la antigua sugerencia, que le fue hecha en su día desde Bonn y desde París, de presentar su candidatura a la presidencia de la Comisión Europea. Cuando España atraviesa dificultades políticas y económicas no puede abandonar, el barco, sino que debe seguir al timón. Ayer, en la cumbre de la Unión Europea (UE) en la isla griega de Corfú, lo quiso dejar bien claro. Desempeñó un papel clave para intentar en vano desbloquear la designación de un nuevo presidente para el órgano ejecutivo comunitario. Pero en ningún momento llegó a dar su nombre como solución al entuerto en el que ve sumida la UE.

En Bruselas, en diciembre, González explicaba bromeando que hacía demasiado frío y caía aguanieve en la capital de Europa como para que aceptase mudarse allí para presidir la Comisión Europea. Al mes siguiente aseguraba en la misma ciudad, ya algo más en serio, que le interesaba, incluso le apasionaba, la construcción europea desde Madrid, pero no desde la capital belga, desde el cargo que ocupa Jacques Delors.El jefe del Ejecutivo encontró ayer un nuevo pretexto para rechazar la sugerencia que le hizo hace dos años su amigo el canciller alemán, Helmut Kohl, de que se presentase a presidente de la Comisión, una idea que el jefe de Estado francés, François Mitterrand, no veía en absoluto con malos ojos.

"En unas circunstancias como las que vive nuestro país de cierta dificultad, que en materia económica y política son incluso dificultades considerables, aún más me reafirmo en mi misión de responder de mis obligaciones como presidente del Gobierno, y no seré candidato", declaró en la conferencia de prensa final a preguntas de un periodista.

El callejón sin salida en el que se encuentra la designación del sustituto de Delors a causa del veto británico al primer ministro belga, Jean-Luc Dehaene, preocupa a González. "Lo único o lo que más me ha inquietado, desde un punto de vista personal, de la situación de bloqueo a la que se ha llegado hoy [por ayer] es que se pudiera reabrir la sucesión en una dirección alternativa que pudiera rozarme", afirmó. "Pero tampoco quiero poner demasiada insistencia en que ésa no es mi opción", precisó, dando a entender que no quería ofender a aquéllos que piensan que él puede ser una buena solución de recambio para un puesto tan prestigioso. "Espero", recalcó, "que se comprenda, sobre todo por quien tiene que comprenderlo, que es la opinión pública española".

Los amigos europeos y españoles de González probablemente volverán ahora a la carga para tratar de convencerle de que abandone el palacio de la Moncloa por el piso 13 del edificio Breydel, de Bruselas. Alegarán, preveía un diplomático español, que, además de desbloquear la crisis comunitaria, el acceso a la. presidencia de un candidato español y meridional contribuirá a reequilibrar un poco la UE hacia el Sur justo cuando se produce el ingreso de cuatro nuevos miembros nórdicos y centroeuropeos.

González contestó de antemano a sus partidarios. "Algunos", recordó, "me dicen que sería una salida brillante para los cinco próximos años. Me lo vienen diciendo desde hace dos años". "Yo considero", reiteró, "que es mi obligación prioritaria el intentar resolver los problemas de nuestro país y contribuir a la construcción europea desde donde estoy", concluyó.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

A propósito de lo que González llama, a veces, los "asuntos, de casa", el presidente consideró un "disparate" que el Partido Popular pidiese la renuncia al escaño del vicesecretario general del PSOE, Alfonso Guerra, después de que su hermano Juan haya sido condenado a seis años de inhabilitación para cargos públicos por el Tribunal Supremo.

En cambio, González alabó la iniciativa que tomó el lunes el líder del PP, José María Aznar, de llamar por teléfono al ministro de Asuntos Exteriores para informarse sobre la posición del Gobierno en la batalla por la sucesión de Delors. "Es positivo", comentó, aunque la información que se le dio "no vincula, al PP porque no es un tema de Estado". "Es de agradecer esa llamada, que espero que se siga repitiendo en el futuro".

Archivado En