El presidente Mitterrand anuncia una acción militar francesa inminente en Ruanda

El presidente francés, François Mitterrand, declaró ayer en el curso de un debate organizado por la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que "Francia está dispuesta a enviar una fuerza de protección humanitaria a Ruanda sin esperar la llegada de los cascos azules". Para el veterano político socialista es indignante queIa conciencia occidental sólo se sienta sacudida cuando contempla la muerte en directo" a través de las pantallas del televisor. "Cada hora que pasa cuenta", añadió el presidente francés.

Mientras, en Abiyán, el ministro de Ex...

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El presidente francés, François Mitterrand, declaró ayer en el curso de un debate organizado por la Unesco (Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que "Francia está dispuesta a enviar una fuerza de protección humanitaria a Ruanda sin esperar la llegada de los cascos azules". Para el veterano político socialista es indignante queIa conciencia occidental sólo se sienta sacudida cuando contempla la muerte en directo" a través de las pantallas del televisor. "Cada hora que pasa cuenta", añadió el presidente francés.

Mientras, en Abiyán, el ministro de Exteriores, Alain Juppé, decía que "son necesarios entre 1.000 y 2.000 hombres para poder llevar a cabo una intervención humanitaria armada", que, según él, "se hará bajo la bandera y el acuerdo de Naciones Unidas". Francia tiene previsto presentar mañana o pasado ante el Consejo de Seguridad su propuesta de intervención urgente. Siempre según París, Italia, España, Alemania y Bélgica habrían dado apoyo a la iniciativa francesa, mientras Londres seguiría manifestando un profundo escepticismo respecto a la eficacia y viabilidad de la empresa.Mitterrand se arrogó ayer de nuevo la dirección de la política exterior francesa al precisar que "el pasado miércoles convoqué un Consejo de Ministros restringido en el que le encargué al titular de Exteriores que explicase que Francia está dispuesta a intervenir sin esperar la llegada de los refuerzos de los cascos azules de la ONU, junto con sus aliados africanos o europeos". La misión tendría como objeto asegurar "la protección de la población civil que ha escapado al exterminio".

El presidente francés no se refirió, sin embargo, al voto favorable que aportó su país en el Consejo de Seguridad, el pasado mes de abril, cuando se acordó reducir el número de cascos azules presentes en Ruanda de 2.700 a 270. No han faltado portavoces tutsis que hayan recordado la aparente contradicción en la voluntad de intervención que se manifiesta ahora y la incapacidad mostrada "500.000 muertos antes".

Según Mitterrand, "dos o tres países africanos han respondido ya favorablemente a nuestra iniciativa y espero aún la respuesta firme de los europeos. Sea cual sea, actuaremos". En Abiyán, Juppé precisaba que Costa de Marfil "no aporta su apoyo político, que es lo que le pedíamos. Sabemos que no está en condiciones de proporcionar soldados".

El proyecto de intervención francés fue acogido negativamente por una de las partes en lucha en la guerra civil de Ruanda. Los rebeldes del Frente Patriótico Ruandés (FPR, tutsis) hicieron ayer público un comunicado en Bruselas en el que llaman "a todos los ruandeses del interior del país y de la diáspora" a movilizarse contra Francia. El comunicado está firmado por un miembro de la dirección política, Jacques Bihozagara.

Mientras, los cascos azules de la ONU consiguieron evacuar ayer a unos trescientos civiles aterrorizados (hutus y tutsis), que permanecían atrapados detrás de las líneas de fuego de los rebeldes y de las tropas del Gobierno en Kigali, la capital ruandesa. Un convoy de camiones de la ONU logró llegar hasta los civiles ayer por la mañana, tras un retraso debido al recrudecimiento de los combates. Los tutsis fueron rescatados en el hotel de Las Mil Colinas, bajo control de las fuerzas gubernamentales, y los hutus en el hospital Rey Faisal, bajo control de los rebeldes.

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Miles de civiles han buscado refugio en hoteles e iglesias desde que comenzaron las matanzas tras el asesinato del presidente Juvenal Habyrimana el pasado 6 de abril. Desde entonces, unos quinientos mil ruandeses han muerto, víctimas de las matanzas.

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