La ONU y el Gobierno bosnio discrepan abiertamente sobre la situación en Gorazde

Las conversaciones de Ginebra entre los contendientes de la guerra en Bosnia siguen en el atolladero tras haber sido postergadas ayer por tercera vez. Las Naciones Unidas y el Gobierno musulmán de Sarajevo discrepan ahora abiertamente sobre la situación exacta en Gorazde, una de las seis zonas protegidas decretadas por las Naciones Unidas, y se acusan mutuamente de mala fe.Mientras el segundo asegura que los soldados serbios no han abandonado la zona de exclusión decretada en torno a esta ciudad, por lo que se niega a volver a la mesa de negociaciones, los representantes de la organizac...

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Las conversaciones de Ginebra entre los contendientes de la guerra en Bosnia siguen en el atolladero tras haber sido postergadas ayer por tercera vez. Las Naciones Unidas y el Gobierno musulmán de Sarajevo discrepan ahora abiertamente sobre la situación exacta en Gorazde, una de las seis zonas protegidas decretadas por las Naciones Unidas, y se acusan mutuamente de mala fe.Mientras el segundo asegura que los soldados serbios no han abandonado la zona de exclusión decretada en torno a esta ciudad, por lo que se niega a volver a la mesa de negociaciones, los representantes de la organización internacional, al contrario, afirman que la retirada es ahora completa y que las conversaciones pueden reiniciarse inmediatamente. Las negociaciones de Ginebra tienen por objetivo el establecimiento de un alto el fuego general de cuatro meses para negociar la paz.

El enviado especial de la ONU, Yasushi Akashi, ha convocado una nueva reunión para la mañana de hoy, pero nadie sabe a ciencia cierta si los representantes del Gobierno de Sarajevo asistirán. El vicepresidente bosnio, Ejup Ganic, que se encuentra en la ciudad suiza, ha exigido primero que sus tropas comprueben sobre el terreno si los serbios se han retirado del todo.

Los cascos azules hicieron visitar anoche a los responsables locales del Ejército musulmán las posiciones donde se encontraban los serbios, con el fin de convencer a las autoridades de Sarajevo que la retirada era total. Por la mañana, el comandante en jefe del contingente británico en Gorazde había organizado otra visita a la margen oriental del Drina, pero para el otro bando. El objetivo era demostrar a las autoridades civiles y militares serbias que los cascos azules controlan efectivamente la zona y están en condiciones de garantizar la seguridad de los habitantes serbios.

Soldados disfrazados

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La polémica se centra en la presencia de civiles serbios armados (soldados disfrazados) que quedaban en el interior de la zona de exclusión de tres kilómetros alrededor de Gorazde. Las Naciones Unidas habían dado un ultimátum que expiraba a las dos de la tarde a las fuerzas serbias para que evacuaran a todos sus elementos armados, bajo amenaza de anular las conversaciones de paz de Ginebra, que en un principio debían haber comenzado el jueves al mediodía.

El Ejército bosnio, por su parte, hizo un gesto de "buena voluntad" al evacuar a sus soldados de la orilla derecha del Drina para facilitar la retirada serbia, según informó un portavoz de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor) en Sarajevo.

En cambio, los representantes musulmanes sí participaron ayer en Ginebra a la reunión convocada por el Grupo de Contacto sobre Bosnia formado por Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU. Estas negociaciones de contenido político tienen por tema los aspectos territoriales y constitucionales de un acuerdo de paz.

Por parte del Gobierno bosnio acudió el primer ministro, Haris Siladjdzic. Un portavoz musulmán aseguró que las conversaciones proseguirán "en una fecha que queda por determinar".

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