Más de cien cubanos piden asilo político en la Embajada belga en La Habana

Un grupo de 114 cubanos, entre los que hay 34 mujeres y 24 niños, penetró al mediodía de ayer en la residencia del embajador belga en La Habana, Paul Vermeirsch, en busca de asilo político. "Todos somos de La Habana y queremos salir de Cuba hacia Bélgica", declararon a EL PAÍS algunos refugiados a través de la verja que separa el jardín de la residencia del parque Zapata, en el barrio de Miramar, donde agentes de la policía y miembros del Ministerio del Interior custodiaban la zona. Este es el mayor grupo de personas que se ha refugiado en una misión diplomática en La Habana desde 1980, cuando...

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Un grupo de 114 cubanos, entre los que hay 34 mujeres y 24 niños, penetró al mediodía de ayer en la residencia del embajador belga en La Habana, Paul Vermeirsch, en busca de asilo político. "Todos somos de La Habana y queremos salir de Cuba hacia Bélgica", declararon a EL PAÍS algunos refugiados a través de la verja que separa el jardín de la residencia del parque Zapata, en el barrio de Miramar, donde agentes de la policía y miembros del Ministerio del Interior custodiaban la zona. Este es el mayor grupo de personas que se ha refugiado en una misión diplomática en La Habana desde 1980, cuando 10.000 personas penetraron en la embajada del Perú, provocando el éxodo del Mariel.Los refugiados entraron a la residencia saltando la verja del jardín y por la puerta principal mientras el embajador belga se encontraba con su familia en la playa. Según informaron varios testigos presenciales, la puerta de la legación se encontraba abierta en el momento de los hechos.

Paul Vermeirsch dijo a este diario que todavía no había podido comunicarse con Bruselas ni con las autoridades cubanas. "Sólo me he comunicado con los peces", dijo el embajador, tras dirigirse a los refugiados en traje de baño minutos después de regresar de la playa. La mujer del diplomático indicó que los policías que se encontraban en el lugar en el momento de producirse el incidente usaron la fuerza contra varias personas para impedir que penetrasen en la residencia.

A las tres de la tarde los refugiados fueron trasladados a una casona aledaña a la residencia principal, donde el embajador les explicó que no podían hablar con la prensa extranjera por ser refugiados.

Un alto funcionario de la Cancilleria cubana declaró una hora después que no había ninguna reacción oficial al incidente pues, a las cuatro de la tarde, la embajada belga todavía no se había puesto en contacto con el Ministerio de Relaciones Exteriores. La fuente agregó, sin embargo, que las autoridades cubanas no permitirán que las embajadas se conviertan en agencias de viaje, y que nadie que use la fuerza saldrá del país.

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