Bloqueadas las negociaciones entre Rusia y Ucrania sobre la Flota del Mar Negro

Las negociaciones entre Ucrania y Rusia sobre el futuro de la Flota del Mar Negro, que tiene su base! principal en Crimea, fracaron ayer después de tres días de esfuerzos por llegar a un compromiso. Kiev y Moscú no se ponen de acuerdo sobre las sedes de Estado Mayor de la Armada ucrania y de la flota, que en un 80% quedará en manos del Kremin.Víktor Chernomirdin, el primer ministro de Rusia, se entrevistó ayer con su colega ucranio, Yefim Zviaguilski, quien le trasmitió un mensaje del presidente de Ucrania, Leonid Kravchulc.

Los representantes rusos, por su parte, habían preparado cuatr...

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Las negociaciones entre Ucrania y Rusia sobre el futuro de la Flota del Mar Negro, que tiene su base! principal en Crimea, fracaron ayer después de tres días de esfuerzos por llegar a un compromiso. Kiev y Moscú no se ponen de acuerdo sobre las sedes de Estado Mayor de la Armada ucrania y de la flota, que en un 80% quedará en manos del Kremin.Víktor Chernomirdin, el primer ministro de Rusia, se entrevistó ayer con su colega ucranio, Yefim Zviaguilski, quien le trasmitió un mensaje del presidente de Ucrania, Leonid Kravchulc.

Los representantes rusos, por su parte, habían preparado cuatro diferentes variantes de solución, pero las partes no han podido llegado a ningún acuerdo. En la segunda mitad del día las negociaciones continuaron entre los técnicos, en ausencia de los jefes de Gobierno.

Los técnicos ucranios descartaron las cuatro variantes presentadas por los rusos, pero más tarde aceptaron continuar trabajando sobre una de ellas. Sin embargo, ayer no se pudo alcanzar ningún acuerdo de compromiso y Chernomirdin se marchó a China en visita oficial.

Las conversaciones son sumamente complejas, como prueba el hecho que ambas delegaciones han debido consultar con sus respectivos presidentes en varias ocasiones a lo largo del día para poder continuar en la mesa. Dos líneas telefónicas directas unen a la delegación ucrania con el despacho de Leonid Kravchuk en Kiev, y a la rusa con el gabinete de Borís Yeltsin en el Kremlin.

Mientras tanto, la Duma Estatal -la Cámara baja del Parlamento ruso- envió ayer un mensaje a los parlamentarios de Ucrania y Crimea, en el que les insta a demostrar "comedimiento y sabiduría cívica" y a "renunciar a las acciones apresuradas y emocionales".

"Nosotros sabemos cuán inútiles y fatales son los intentos de resolver por la fuerza los problemas relacionados con la aspiración de los pueblos a la autodeterminación", dice el documento, que seguramente no será del gusto de Kiev.

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Los diputados rusos expresaron su satisfacción por los "primeros pasos dados en Kiev por un grupo de parlamentarios d e Ucrania y Crimea hacia un diálogo constructivo" y su esperanza de que "no permitirán a los políticos irresponsables -que persiguen objetivos egoístas exclusivamente coyunturales- poner en peligro la paz y la seguridad del gente".

Los diputados rusos se referían a las conversaciones celebradas en Kiev entre los presidentes de los Parlamentos de Ucrania, Alexandr Moroz, y Crimea, Serguéi Tsékov, quienes acordaron crear un grupo de trabajo para estudiar las contradicciones entre Kiev y Sinferépol y se comprometieron a no llevar a la práctica decisiones previas hasta que este grupo no anuncie sus conclusiones.

Temas congelados

Con ello quedan congelados temporalmente tanto la entrada en vigor de la restablecida Constitución de Crimea de 1992, como el ultimátum dado a la península rebelde para que anule la decisión de restablecer la mencionada Ley Fundamental.

Según este polémico documento, Crimea determina sus relaciones con Ucrania en base a acuerdos bilaterales, introduce su propia ciudadanía y tiene derecho a organizar una guardia nacional. Kiev interpreta estos derechos como un primer paso hacia la secesión y, por lo tanto, como una amenaza a la integridad territorial de Ucrania.

En otras palabras, temen que los habitantes de Crimea, un 70% de los cuales son rusos, mañana se declaren independientes y, después, pidan su reunificación con Rusia, a la que Crimea perteneció hasta 1954.

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