Amenaza de ruina

"Esperemos que a partir de ahora no vuelvan a ocurrir ruinas como la del teatro Martín", decía ayer Francisco Pol, arquitecto y estudioso del lento, pero tozudo deterioro del centro histórico de la capital. Pol piensa ahora para la Comunidad de Madrid, y ha diseñado la reforma urbanística de las rondas de Atocha, Valencia y Toledo, que enlazan el Museo del Prado con el palacio de Oriente.Enrique Bardají, compañero de Pol y gerente municipal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Madrid durante el mandato del fallecido Enrique Tierno, explicaba ayer la génesis de una ruina que se extiende por el ba...

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"Esperemos que a partir de ahora no vuelvan a ocurrir ruinas como la del teatro Martín", decía ayer Francisco Pol, arquitecto y estudioso del lento, pero tozudo deterioro del centro histórico de la capital. Pol piensa ahora para la Comunidad de Madrid, y ha diseñado la reforma urbanística de las rondas de Atocha, Valencia y Toledo, que enlazan el Museo del Prado con el palacio de Oriente.Enrique Bardají, compañero de Pol y gerente municipal de Urbanismo en el Ayuntamiento de Madrid durante el mandato del fallecido Enrique Tierno, explicaba ayer la génesis de una ruina que se extiende por el barrio con más historia de la capital. En el distrito Centro, muchos propietarios dejan morir sus edificios con un método sencillo: "Quitan unas tejas, abren las ventanas, y esperan a que llueva. En siete años, el edificio ya amenaza ruina".

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Los dos urbanistas creen que los achaques del casco histórico de Madrid no sólo se deben a la antigüedad de los inmuebles, sino también a las rentas antiguas y a las órdenes de ejecución de obras que nunca cumplen los propietarios. Sin embargo, Pol y Bardají confían en el éxito del plan de rehabilitación firmado por las tres administraciones.

Entre corralas y casas de patio interior hay en el centro 9.000 infraviviendas con una superficie media de 30 metros cuadrados. Según Pol, el realojamiento de las familias que habitan esos chamizos insalubres sólo puede ser ejecutado por la iniciativa pública, pues los privados no tienen capacidad económica suficiente para enfrentarse al proyecto.

"Habría que pensar en construir edificios de hogares unipersonales aprovechando el declive de la población del distrito Centro y el recambio demográfico que se está produciendo en la zona", explica Pol. El arquitecto, experto en rehabilitación, considera que las tareas de saneamiento del casco histórico se prolongarán durante 15 años.

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El olvido de Lavapiés

El convenio para rehabilitar viviendas de distintos barrios de Madrid que ayer suscribieron José Borrell, Joaquín Leguina y José María Álvarez del Manzano se olvidó de Lavapiés. En este barrio, el más pobre de los que componen el distrito Centro, es donde los expertos municipales y autonómicos han detectado mayores problemas de hacinamiento, insalubridad y deterioro en las viviendas. "Es cierto que está muy mal y es urgente la intervención", reconocía ayer Luis Armada, consejero delegado de la Empresa Municipal de la Vivienda, "pero hemos preferido que ese trabajo se haga desde la oficina del nuevo Plan General".

Pol recuerda que el Ayuntamiento de Madrid, durante el mandato socialista, destinó la mayoría de sus recursos de rehabilitación a esta zona.

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