Las norteamericanas se peinaban como ella

Hubo un tiempo en el que todas las norteamericanas se peinaban como Jacqueline Kennedy. Desde que, en 1953, Jacqueline Bouvier, la hija de un poderoso banquero de Long Island, se casó con el senador John Kennedy, y especialmente desde que ambos llegaron a la Casa Blanca, Jacqueline se convirtió en la mujer más admirada del país, que siempre la conoció como Jackie. Su imagen ha llenado una época de la historia de Estados Unidos: la tierna y bella jovencita que soportaba los devaneos amorosos del presidente, la mujer de traje rosa que gateaba sobre un descapotable en busca del cerebro de su mari...

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Hubo un tiempo en el que todas las norteamericanas se peinaban como Jacqueline Kennedy. Desde que, en 1953, Jacqueline Bouvier, la hija de un poderoso banquero de Long Island, se casó con el senador John Kennedy, y especialmente desde que ambos llegaron a la Casa Blanca, Jacqueline se convirtió en la mujer más admirada del país, que siempre la conoció como Jackie. Su imagen ha llenado una época de la historia de Estados Unidos: la tierna y bella jovencita que soportaba los devaneos amorosos del presidente, la mujer de traje rosa que gateaba sobre un descapotable en busca del cerebro de su marido en aquella mañana de 1963 en Dallas, la viuda que sostenía la mano de su hijo frente al ataúd del padre asesinado.

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