Clinton abre la puerta a los refugiados haitianos

El presidente de estadounidense corrigió ayer lo que había sido uno de sus más sonoros incumplimientos de promesas electorales y anunció una política, aunque muy restringida, de acogida en Estados Unidos a los haitianos que huyan de la persecución política en su país. De inmediato, las autoridades estadounidenses han comenzado a tomar medidas para evitar una emigración masiva procedente de Haití.

Después del anuncio del presidente, el activista de los derechos humanos Randall Robinson, cuya huelga de hambre contra la política de Estados Unidos había puesto a la Administración en un ...

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El presidente de estadounidense corrigió ayer lo que había sido uno de sus más sonoros incumplimientos de promesas electorales y anunció una política, aunque muy restringida, de acogida en Estados Unidos a los haitianos que huyan de la persecución política en su país. De inmediato, las autoridades estadounidenses han comenzado a tomar medidas para evitar una emigración masiva procedente de Haití.

Después del anuncio del presidente, el activista de los derechos humanos Randall Robinson, cuya huelga de hambre contra la política de Estados Unidos había puesto a la Administración en un aprieto, decidió suspender su extrema medida de protesta, con lo que Clinton cierra temporalmente uno de los episodios que más le ha perjudicado últimamente.

La política anunciada por el presidente supone que los haitianos que se acerquen a las costas norteamericanas no serán devueltos automáticamente a su país, como ocurría hasta ahora, sino que serán interrogados por comprobar qué casos son refugiados políticos y cuáles no. Sólo los primeros serán admitidos en Estados Unidos.

Miedo justificado

Sobre el riesgo de que en Haití, donde miles de personas llevan meses construyendo barcos a la espera de esta oportunidad, se interprete este anuncio como una autorización para la emigración, Bill Clinton dijo ayer: "El pueblo haitiano observará que no estamos abriendo las puertas para la emigración indiscriminada sino que tratamos exclusivamente de distinguir a aquellas personas que salen por justificado miedo de persecución".El presidente haitiano en el exilio, Jean Bertrand Aristide, calificó esta decisión como "un paso en la dirección adecuada", pero advirtió que esto no impedirá el sufrimiento de miles de personas que se encuentran amenazadas por las autoridades militares haitianas. El Gobierno estadounidense no ha descartado la posibilidad de hacer uso de la fuerza para obligar a los militares a abandonar el poder en Haití.

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