El fuego de las Galápagos está controlado, pero ha quemado ya 9.000 hectáreas

En la isla Isabela, la mayor del archipiélago de Galápagos, el infierno continúa. Centenares de voluntarios, que trabajan sin cesar, han abierto grandes zanjas para cercar el fuego y evitar que se extienda. Esta estrategia ha sido sugerida por los técnicos internacionales como única alternativa para acabar con la emergencia en la zona. Según fuentes oficiales, el fuego, que en veinte días ha devastado ya más de 9.000 hectáreas, está controlado en un 70%.Sin embargo, la situación es aún dramática. El fuego subterráneo es ahora el principal enemigo. Las llamas se propagan implacables por el subs...

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En la isla Isabela, la mayor del archipiélago de Galápagos, el infierno continúa. Centenares de voluntarios, que trabajan sin cesar, han abierto grandes zanjas para cercar el fuego y evitar que se extienda. Esta estrategia ha sido sugerida por los técnicos internacionales como única alternativa para acabar con la emergencia en la zona. Según fuentes oficiales, el fuego, que en veinte días ha devastado ya más de 9.000 hectáreas, está controlado en un 70%.Sin embargo, la situación es aún dramática. El fuego subterráneo es ahora el principal enemigo. Las llamas se propagan implacables por el subsuelo. La clase de rocas que existen en la isla son porosas y tienen adherida gran cantidad de musgo y otros elementos altamente combustibles e inflamables.

De ahí que el incendio no sea visible y se aprecian sólo columnas de humo. Los militares aseguran que, al retirar una piedra, aparecen las llamas, por lo que están utilizando bombas de mano para sofocarlas. Los equipos de extinción no tienen suficiente maquinaria y voluntarios.

Según la Fundación Charles Darwin, las galapagueras, las famosas tortugas gigantes, no corren ningún peligro. El fuego deberá atravesar una amplia franja de lava volcánica, no combustible, para que alcance la colonia de estos animales endémicos. Al contrario, si el viento cambia de dirección, el incendio coloca en serio riesgo a las fincas situadas en la región de Santo Tomás. Allí realizan actividades agrícolas gran parte de los 1.100 habitantes de la isla.

A pesar de esta tragedia, que ha despertado la expectativa internacional, el flujo turístico a Galápagos no ha disminuido.

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