La Iglesia considera degradante en extremo" la programación

La Iglesia considera "degradantes en extremo" la mayoría de los programas que ofrecen las televisiones, públicas y privadas. Así lo manifestó el obispo de Badajoz, Antonio Montero, que ayer acudió a la comisión de contenidos televisivos del Senado en representación de la Conferencia Episcopal.Antonio Montero se hizo eco de una reciente "reflexión" del papa Juan Pablo II sobre el fenómeno de la televisión, de la que destacó, como aspectos positivos, los teóricos, es decir, su papel evangelizador y su utilidad como nexo de unión de las familias. Y, como negativos, habló de los "peligros ya reali...

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La Iglesia considera "degradantes en extremo" la mayoría de los programas que ofrecen las televisiones, públicas y privadas. Así lo manifestó el obispo de Badajoz, Antonio Montero, que ayer acudió a la comisión de contenidos televisivos del Senado en representación de la Conferencia Episcopal.Antonio Montero se hizo eco de una reciente "reflexión" del papa Juan Pablo II sobre el fenómeno de la televisión, de la que destacó, como aspectos positivos, los teóricos, es decir, su papel evangelizador y su utilidad como nexo de unión de las familias. Y, como negativos, habló de los "peligros ya realizados y verificados en las televisiones de los regímenes liberales de occidente". A saber: pornografía y violencia extrema; relativismo moral; manipulación de la información; publicidad que explota los bajos instintos, escepticismo religioso...

Todo ello, según el obispo de Badajoz, se cumple de sobra en las televisiones españolas, lo que la constituye, a su juicio, en "degradantes en extremo". ¿Qué pueden hacer unos poderes públicos sin censura previa y sin delitos de opinión para corregir esta situación y puri5car la atmósfera?, se preguntó. "El Estado lo tiene muy dificil", fue su conclusión.

Para los obispos españoles, la existencia de canales privados, que ellos consideran necesaria, ha incrementado la mala calidad de las programaciones. "El dinero puro y duro", dijo Antonio Montero, "resulta a veces mucho más peligroso que los poderes públicos, porque al menos estos tienen el correctivo de las urnas".

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