Fuerte despliegue policial ante la gran manifestación antifascista de Milán

Más de 4.000 agentes de las fuerzas de seguridad, desde los carabineros hasta la policía antiterrorista, serán desplegados hoy en Milán para evitar incidentes en una manifestación antifascista que reunirá a unas 200.000 personas y será, probablemente, la mayor celebrada en Italia por esta cuestión. Participarán en ella todos los partidos de la oposición y la Liga Norte. Forza Italia opta por la abstención, mientras que los neofascistas de Alianza Nacional atribuyen la iniciativa a un revanchismo histórico de una izquierda derrotada en las urnas.

La manifestación se celebra con motivo de...

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Más de 4.000 agentes de las fuerzas de seguridad, desde los carabineros hasta la policía antiterrorista, serán desplegados hoy en Milán para evitar incidentes en una manifestación antifascista que reunirá a unas 200.000 personas y será, probablemente, la mayor celebrada en Italia por esta cuestión. Participarán en ella todos los partidos de la oposición y la Liga Norte. Forza Italia opta por la abstención, mientras que los neofascistas de Alianza Nacional atribuyen la iniciativa a un revanchismo histórico de una izquierda derrotada en las urnas.

La manifestación se celebra con motivo del 25 de abril, día de la liberación italiana y de la rendición de las fuerzas nazis y fascistas en la última gran guerra, de la que se cumple el 490 aniversario. Será, sin embargo, un acontecimiento excepcional, ya que no ha sido costumbre este tipo de celebraciones.Por ello, la jornada de hoy en Milán tiene un contexto preciso en los temores suscitados por la inminente formación del Gobierno de Silvio Berlusconi, con Alianza Nacional y la Liga, y en la polémica paralela que se desarrolla en todos los medios de comunicación desde hace semanas sobre si el antifascismo debe seguir siendo un valor político o si, alternativamente, fascismo y comunismo son hitos paralelos de una historia definitivamente enterrada por la caída del muro de Berlín.

La polémica entre reconciliación nacional y memoria histórica se ha visto alimentada por programas de televisión en los que los excesos de la represión antifascista han sido crudamente presentados al mismo nivel que los crímenes de guerra de los camisas negras.

También han contribuido a ella los proyectos aún vagos de reforma constitucional que maneja la derecha. La actual Constitución italiana es declaradamente antifascista. Pero han exacerbado, sobre todo, los ánimos las actitudes antihebreas de la nueva presidenta de la Cámara de Diputados, Irene Pivetti, una católica de la Liga Norte que alaba la figura del cismático monseñor Lefebvre y ha declarado que Benito Mussolini hizo cosas muy positivas por las mujeres italianas.

"La historia ya ha emitido un juicio sobre aquel régimen de dictadura que tuvo también elementos positivos en el plano social", reiteraba ayer Pivetti.

En el curso de la polémica los llamamientos a la reconciliación nacional han surgido de todas partes, y también de personalidades de izquierda como el ex comunista Vittorio Foa, que pidió a todos los partidos, incluso de la derecha, que participaran en la gran manifestación milanesa.

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Marchas brazo en alto

Refundación Comunista ha sostenido, en cambio, la imposibilidad de la reconciliación con los neofascistas, que todavía hace una semana, y pese a los llamamientos a la moderación surgidos de AN, se manifestaron brazo en alto y con uniforme militar en alguna localidad italiana.El Vaticano tomó ayer posición sobre el debate con un artículo en el que, aun reconociendo que hubo excesos en los dos bandos, afirma que "la opción de campo frente al nazifascismo conserva plenamente su significado".

Las principales figuras democristianas, como el ex secretario Mino Martinazzoli estarán hoy en Milán. También se espera a personalidades de la izquierda, como Achille Occhetto, en una de las dos ramas que tendrá la manifestación. La otra, iniciada en otro punto de la ciudad, estará presidida por el alcalde, Marco Formentini, de la Liga Norte. Las dos confluirán ante la catedral.

Berlusconi, que ha hecho desplegar unos carteles que dicen "25 de abril, fiesta de la libertad y de paz", estará en su villa milanesa. No se manifiesta. Tampoco lo hace Marco Pannella. Desde AN, un diputado ha pedido a Irene Pivetti que mantenga abierto el Parlamento toda la jornada, como garantía contra "posibles actos de subversión".

La prensa de Berlusconi se ha distinguido en vaticinar peligros de desórdenes graves y de violencia. A Milán llegarán hoy 23 trenes y 500 autobuses con manifestantes de toda Italia.

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