La importancia de atreverse

"El feminismo ha logrado muchas cosas, pero el exigir mujeres cuota en el Gobierno no tiene sentido si las mujeres no se atreven a aceptar el desafío de competir con el hombre, en su propio terreno, a base de mucho esfuerzo y superación", dice Ana María Ruiz, maquinista de tren. Pilar Hernán, oficial de bombero, Rosa Compte, patrona de barco, y María Luisa Rivero, minera en Mieres (Asturias), coinciden con ella."El hombre no tiene la culpa de todo", dice María Luisa Rivero. "Una vez que se eliminan las leyes que discriminen a la mujer, somos nosotras las que debemos decidir, conscientes de las...

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"El feminismo ha logrado muchas cosas, pero el exigir mujeres cuota en el Gobierno no tiene sentido si las mujeres no se atreven a aceptar el desafío de competir con el hombre, en su propio terreno, a base de mucho esfuerzo y superación", dice Ana María Ruiz, maquinista de tren. Pilar Hernán, oficial de bombero, Rosa Compte, patrona de barco, y María Luisa Rivero, minera en Mieres (Asturias), coinciden con ella."El hombre no tiene la culpa de todo", dice María Luisa Rivero. "Una vez que se eliminan las leyes que discriminen a la mujer, somos nosotras las que debemos decidir, conscientes de las dificultades que ello suponga, si nos interesa o no ampliar nuestras oportunidades de acceso al trabajo".

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"A veces somos las propias mujeres las que no nos planteamos que podemos hacer ciertas cosas igual que a los hombres no se les había ocurrido, hasta ahora, que también podían trabajar de matronas", añade Pilar Hernán, oficial de bomberos en Madrid. Hernán admite que para su profesión se exigen pruebas físicas muy duras que, dada la fuerte competencia en las oposiciones, alcanzan niveles de récord de atletismo. "Pero eso no quiere decir que sea imposible para la mujer", añade.

Para Ana María Ruiz, la falta de familiaridad con los motores que los juegos de la infancia escamotean a las mujeres fue el principal obstáculo de sus oposiciones. "Pero, aplicándome, lo superé con creces", asegura. "También me dijeron que no iba a tener fuerza suficiente para enganchar la máquina al vagón; pero, como se demostró, es más una cuestión de maña que de músculos".

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