"¡Van a entrar a matarnos!"

"Nos han dado la absolución, y esperamos que nos maten en cualquier momento. ¡Los tenemos en el patio y van a entrar!". Así hablaba ayer por la mañana por teléfono a EL PAÍS, con entereza y con nerviosismo contenido, la religiosa Pilar Espelosín, de la congregación Madres Misioneras de Jesús, María y José. Esta monja, junto con otras tres compañeras, dos españolas y una ruandesa, eran en esos momentos testigos de una horrible carnicería en su propio hospital de Kibuye (Ruanda), a 140 kilómetros de Kigali, la capital del país. "Nos han matado a todos los enfermos. La anarquía es total. Las auto...

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"Nos han dado la absolución, y esperamos que nos maten en cualquier momento. ¡Los tenemos en el patio y van a entrar!". Así hablaba ayer por la mañana por teléfono a EL PAÍS, con entereza y con nerviosismo contenido, la religiosa Pilar Espelosín, de la congregación Madres Misioneras de Jesús, María y José. Esta monja, junto con otras tres compañeras, dos españolas y una ruandesa, eran en esos momentos testigos de una horrible carnicería en su propio hospital de Kibuye (Ruanda), a 140 kilómetros de Kigali, la capital del país. "Nos han matado a todos los enfermos. La anarquía es total. Las autoridades han sido asesinadas, y no sabemos qué van a hacer con nosotras". Cientos de hutus armados -en su mayoría bandidos, según Pilar Espelosín- han bajado de las montañas y llevan a cabo una matanza de tutsis en la zona de la misión. Página 4

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