Cartas al director

Los chicos con los chicos

Les escribo en relación con la noticia aparecida en El País Madrid el día 12 de marzo, en la que se denuncian unas supuestas "vejaciones, arbitrariedades y discriminaciones sexistas" sufridas (?) por los alumnos del colegio publico Trabenco, de Leganés.Lo primero que me sorprende es que a un asunto como éste le dediquen ustedes media página de su diario.

Cuando una persona va a casa ajena es lógico que acepte las normas allí establecidas, máxime cuando éstas no suponen, a pesar de lo que algunos profesores /as piensen, ningún atentado a los derechos de nadie, sino unas simples "n...

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Les escribo en relación con la noticia aparecida en El País Madrid el día 12 de marzo, en la que se denuncian unas supuestas "vejaciones, arbitrariedades y discriminaciones sexistas" sufridas (?) por los alumnos del colegio publico Trabenco, de Leganés.Lo primero que me sorprende es que a un asunto como éste le dediquen ustedes media página de su diario.

Cuando una persona va a casa ajena es lógico que acepte las normas allí establecidas, máxime cuando éstas no suponen, a pesar de lo que algunos profesores /as piensen, ningún atentado a los derechos de nadie, sino unas simples "normas de buen funcionamiento". Además, "más sabe el tonto (aunque sea de Navaleno, Soria) en su casa que el listo en la ajena (aunque venga de Leganés, Madrid)...Las denuncias que hacen son, en mi opinión, pueriles e inconsistentes y obedecen a. una concepción de la enseñanza (bien vista desde algunas altas instancias) que bien podríamos calificar de "progresismo trasnochado y rancio". ¿No se les ha ocurrido pensar a estos profesores que, en este caso, los que desentonan son ellos?

Considerar como un grave atentado a sus derechos el separar chicos y chicas de 13 años en dormitorios y plantas diferentes es confundir las churras con las merinas.

El vigilante-templario (sic) de la Escuela Hogar de Navaleno seguro que nos puede contar cosas sobre comportamientos vandálicos de chicos de 6º, 7º y 8º de EGB como para producir escalofríos, y que justifican de sobra las reglas establecidas en ese centro.

¡Qué insufrible tortura obligar a los chicos a tomar Cola-Cao con leche! Lo mismo sobre lo de forzarles a ducharse a determinadas horas.

Los profesores del colegio público Trabenco han perdido seguramente una excelente ocasión para dar una clase de educación ambiental a sus alumnos, más concretamente sobre ahorro energético.

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Me consta que la Escuela Hogar de Navaleno lleva unos cuantos años funcionando a plena satisfacción (como bien indica su larga lista de espera), sin que los profesores de los centenares de centros que por allí han pasado hayan planteado mayores quejas, más bien al contrario.

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