"No tenemos nada de lo que avergonzarnos" dice el primer citado por el 'caso Whitewater'

"No tenemos nada de lo que avergonzarnos", dijo ayer el ex asesor jurídico de la Casa Blanca Bernard Nussbaum tras prestar declaración ante el gran jurado que estudia el caso Whitewater, al mismo tiempo que el presidente Bill Clinton ha advertido que una investigación de este escándalo por parte del Congreso sería "una pérdida de tiempo y de dinero".Bernard Nussbaum, que presentó su dimisión a principios de este mes, tras ser acusado de haber tratado de encubrir pruebas sobre el caso Whitewater, dijo que había sido "un placer" colaborar en la investigacíón que conduce el fiscal g...

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"No tenemos nada de lo que avergonzarnos", dijo ayer el ex asesor jurídico de la Casa Blanca Bernard Nussbaum tras prestar declaración ante el gran jurado que estudia el caso Whitewater, al mismo tiempo que el presidente Bill Clinton ha advertido que una investigación de este escándalo por parte del Congreso sería "una pérdida de tiempo y de dinero".Bernard Nussbaum, que presentó su dimisión a principios de este mes, tras ser acusado de haber tratado de encubrir pruebas sobre el caso Whitewater, dijo que había sido "un placer" colaborar en la investigacíón que conduce el fiscal general Robert Fiske. El ex asesor jurídico del presidente afirmó que había respondido a todas las preguntas que se le formularon, pero no dio detalles sobre la conversación.

Nussbaum está acusado de haber participado en tres reuniones con funcionarios del Departamento del Tesoro que trabajaban en el caso de la quiebra de la caja de ahorros Madison Guaranty, que estaba presidida por el socio de Clinton en el proyecto inmobiliario Whitewater, Jim McDougal.

Después de Nussbaum, entró a declarar el segundo responsable de personal de la Casa Blanca, Harold Ickes, que permaneció en la sala por espacio de dos horas y media. Ickes afirmó que, concluida la investigación, quedará claro que ninguno de los involucrados actuó de manera "no ética".

Mientras avanza la investigación de Fiske, nuevos y poderosos congresistas demócratas, como Dan Rostenkowski y Lee Hamilton, se han sumando a las voces de los que piensan que una investigación particular conducida por el Parlamento servirá para limpiar el nombre del presidente, de la primera dama y de sus colaboradores.

Ya parece inevitable, por tanto, la convocatoria de audiencias en el Congreso, aunque la mayoría de los diputados parecen inclinados a retrasarlas hasta después de que termine el trabajo de Fiske, lo que podría ser antes del verano.

Clinton dijo ayer respecto a esa posiblidad que "el Congreso puede hacer lo que crea que es correcto hacer".

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