De millonario a caso patético

Un equipo de investigación de la cadena de televisión NBC afirmaba esta semana que las primeras noticias sobre el escándalo Whitewater fueron filtradas a la prensa y a congresistas republicanos por el propio Jim McDougal, que ha pasado de ser un millonario de gran influencia política a un hombre enfermo, solitario y arruinado, casi patético.McDougal alimentó sentimientos de venganza contra su amigo cuando sintió que éste, pensando ya en más altas metas que la de gobernador de Arkansas, le dio la espalda en los difíciles momentos en los que el financiero de Arkansas era investigado por el supue...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Un equipo de investigación de la cadena de televisión NBC afirmaba esta semana que las primeras noticias sobre el escándalo Whitewater fueron filtradas a la prensa y a congresistas republicanos por el propio Jim McDougal, que ha pasado de ser un millonario de gran influencia política a un hombre enfermo, solitario y arruinado, casi patético.McDougal alimentó sentimientos de venganza contra su amigo cuando sintió que éste, pensando ya en más altas metas que la de gobernador de Arkansas, le dio la espalda en los difíciles momentos en los que el financiero de Arkansas era investigado por el supuesto fraude de la caja de ahorros que presidía, Madison Guaranty.

En los últimos y turbulentos días, Jim McDougal ha accedido a hacer declaraciones a los principales medios de comunicación norteamericanos. En ellas, desmiente habitualmente que tenga conocimiento de que Bill Clinton hiciese algo ilegal en la inversión de Whitewater. Pero nunca defiende a Hillary -a la que, en ocasiones, pinta poco menos que como una hidra- y siempre deja flotando una nube de sospecha sobre sus antiguos amigos. McDougal sostiene que ha pedido desde hace tiempo una copia de los papeles de Whitewater, con el pretexto de que los necesita para hacer su declaración de impuestos, y que la Casa Blanca siempre se ha negado a entregárselos.

Según él, los Clinton invirtieron sólo 13.500 dólares en la operación inmobiliaria y dado que ellos alegan que perdieron todo lo invertido y que eso les supuso un quebranto de 68.000 dólares queda en el aire la incógnita del porqué de tal diferencia y el misterio sobre la procedencia de los casi 55.000 dólares fantasmas.

Curiosamente, en esta labor de denuncia, McDougal está contando con el apoyo de su ex esposa. Susan McDougal asegura que, en algún momento del año 1991 -al parecer, cuando Clinton ya pensaba en la Casa Blanca- el entonces gobernador, más exactamente su esposa, le pidió la caja de papeles del Whitewater que ella, también socia en ese proyecto inmobiliario, había guardado desde hacía tiempo. Susan McDougal accedió a esa petición.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Archivado En