La presidencia griega aún confía en la adhesión para 1995

La adhesión es todavía posible el 1 de enero de 1995, según explicó ayer el ministro de Asuntos Exteriores griego, Karolos Populias, ante el pleno del Parlamento Europeo. Papulias aseguró que la actual legislatura, que celebra su última sesión antes de las elecciones de junio, tiene tiempo todavía para estudiar los tratados de adhesión y aprobar los dictámenes favorables.El comisario de Relaciones Exteriores, Hans van den Broek, que tiene el encargo de la ampliación, aseguró que puede cumplirse el calendario si las negociaciones se cierran la semana próxima. En caso contrario, no será posible ...

La adhesión es todavía posible el 1 de enero de 1995, según explicó ayer el ministro de Asuntos Exteriores griego, Karolos Populias, ante el pleno del Parlamento Europeo. Papulias aseguró que la actual legislatura, que celebra su última sesión antes de las elecciones de junio, tiene tiempo todavía para estudiar los tratados de adhesión y aprobar los dictámenes favorables.El comisario de Relaciones Exteriores, Hans van den Broek, que tiene el encargo de la ampliación, aseguró que puede cumplirse el calendario si las negociaciones se cierran la semana próxima. En caso contrario, no será posible cumplir con los plazos previstos. La presidencia griega debía presentar hoy mismo un sumario de los acuerdos, con el objetivo de que los parlamentarios pudieran empezar a estudiar las conclusiones, pero el fracaso del martes sólo permitirá la entrega de un documento de balance del estado de las negociaciones.

La fecha considerada hasta ahora como límite para que los eurodiputados estudien y aprueben los tratados era el 10 de marzo, hoy. La única fecha mencionada de nuevo, en este caso por el presidente del Parlamento, Egon Kleptsch, ha sido la del 4 de mayo, día en que empieza la última sesión de la eurocámara. "El Parlamento no ha puesto ninguna fecha límite", indicó ayer el presidente de la Comisión de Exteriores, el socialista español Enrique Barón, quien también señaló que la fecha indicada por Kleptsch era opinión personal.

Barón comparte el temor expresado por otros eurodiputados de que una votación precipitada en la última sesión, sin tiempo apenas para que las distintas comisiones estudien los tratados, puede conducir a numerosas ausencias de los parlamentarios salientes que no estén en las nuevas listas electorales. Este trámite imprescindible requiere el quorum de 260 diputados sobre 518.