La cuestión albanesa

"Los macedonios no aman a los albaneses, ni los albaneses aman a los macedonios, pero se tienen que respetar mutuamente", asi define las relaciones macedonio-albanesas un alto funcionario macedonio, bajo condición de anonimato. Los albaneses representan un 20% de la población en Macedonia, concentrados en el occidente del país y en Skopie, donde el río Vardar divide la ciudad y las dos comunidades. Por motivos políticos, los albaneses rechazaron participar en el censo de población efectuado en 1991, lo que permite a sus dirigentes manifestar que representan un 40% de los 2,2 millones de la pob...

"Los macedonios no aman a los albaneses, ni los albaneses aman a los macedonios, pero se tienen que respetar mutuamente", asi define las relaciones macedonio-albanesas un alto funcionario macedonio, bajo condición de anonimato. Los albaneses representan un 20% de la población en Macedonia, concentrados en el occidente del país y en Skopie, donde el río Vardar divide la ciudad y las dos comunidades. Por motivos políticos, los albaneses rechazaron participar en el censo de población efectuado en 1991, lo que permite a sus dirigentes manifestar que representan un 40% de los 2,2 millones de la población macedonia.El Gobierno de coalición macedonio, con cinco carteras repartidas entre los ministros albaneses, miembros del Partido de Prosperidad Democrática, preparan el nuevo censo con cautela. "Los albaneses no quieren ser una minoría étnica", precisa Abdurahman Haliti (dirigente del Partido de Prosperidad Democrática). "No se sienten bien cuando acuden a las instituciones públicas. Hay pocos albaneses trabajando como funcionarios". Haliti propone la distribución étnica y proporcional de los puestos públicos. La desigualdad, según él, se percibe en el número insuficiente de escuelas en albanés, programas de televisión en albanés y la ausencia de una universidad en albanés. La participación de los ministros albaneses en el Gobierno no significa igualdad de los dos pueblos.

Un posible conflicto armado en Kosovo se extendería rápidamente a Macedonia y la animosidad macedonio-albanesa convertiría a los macedonios en los aliados naturales de los serbios.