Sólo un 2% de los hombres británicos comparte las tareas del hogar

Un 2% de la población masculina comparte por igual las tareas del hogar con sus mujeres en el Reino Unido. Son los hombres nuevos de esta última década del siglo XX, capaces de lavar la vajilla o de cambiar pañales sin que nadie se lo pida.Junto a ellos emerge con fuerza otro personaje algo más perezoso. Está casado o tiene pareja y aplaude el segundo sueldo aportado por ésta. Dentro de casa, sin embargo, colabora de forma selectiva y errática. Con él se identifica un 18% de los entrevistados por Mintel, un centro de investigaciones sociológicas que acaba de publicar un estudio sobre lo...

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Un 2% de la población masculina comparte por igual las tareas del hogar con sus mujeres en el Reino Unido. Son los hombres nuevos de esta última década del siglo XX, capaces de lavar la vajilla o de cambiar pañales sin que nadie se lo pida.Junto a ellos emerge con fuerza otro personaje algo más perezoso. Está casado o tiene pareja y aplaude el segundo sueldo aportado por ésta. Dentro de casa, sin embargo, colabora de forma selectiva y errática. Con él se identifica un 18% de los entrevistados por Mintel, un centro de investigaciones sociológicas que acaba de publicar un estudio sobre los efectos psicológicos de las fluctuaciones del mercado de trabajo y la irrupción en el mismo de la mujer.

Según Mintel, que ha hablado con 1.576 hombres y mujeres, la recesión económica y las mejoras tecnológicas han flexibilizado la forma de trabajar. La creciente oferta de empleos a tiempo parcial, desempeñados en su mayoría por mujeres, ha provocado desazón en los hombres. Éstos no sólo tienen que desechar la idea de ser los únicos que aportan un sueldo al hogar. El concepto mismo de mantener el mismo trabajo toda la vida se ha quedado obsoleto. Ello provoca inseguridad y malestar entre la mayoría de los hombres.

Una vez dentro de casa, los cambios de actitud no parecen ser tan urgentes. Un 50% de los entrevistados, casados, reconoció que delegaba siempre su parte de las tareas domésticas en otra persona. Incluso los que sí colaboran invierten 15 horas menos a la semana en hacer la compra, limpiar o cuidar a los hijos. Durante la semana, tienen una hora y media más de tiempo libre. Los fines de semana dicho ocio aumenta hasta tres horas con respecto al de sus parejas", señala el estudio.

Sólo un 23% reconoció que el lugar de la mujer debe ser su hogar. Un abultado 83% dijo que las casadas tienen derecho a trabajar. "Parece obvio que el mensaje implícito es que beneficiarse de un segundo sueldo les parece bien a los hombres pero muchos siguen creyendo que ellas deben ocuparse del trabajo doméstico", concluye Mintel.

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