El lío del Lion

El clásico café de la calle de Alcalá ha cerrado sus puertas, a la espera de una sentencia judicial

Café sin leche, pero con pleito. El Lión, el clásico café de la calle de Alcalá, frente al edificio de Correos, lleva casi tres meses con el cierre echado. La deficiente instalación eléctrica y los desacuerdos entre casero e inquilino para arreglarla y subir la renta han echado el telón sobre un lugar de tertulias que tuvo, entre otros clientes, a Federico García Lorca y a José Antonio Primo de Rivera. En el escaparate queda una lata de melocotón y mucha nostalgia. Un juez decide sobre el caso.Los últimos años del café Lión, inaugurado en 1929, han estado trufados de conflictos. Aun así, los a...

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Café sin leche, pero con pleito. El Lión, el clásico café de la calle de Alcalá, frente al edificio de Correos, lleva casi tres meses con el cierre echado. La deficiente instalación eléctrica y los desacuerdos entre casero e inquilino para arreglarla y subir la renta han echado el telón sobre un lugar de tertulias que tuvo, entre otros clientes, a Federico García Lorca y a José Antonio Primo de Rivera. En el escaparate queda una lata de melocotón y mucha nostalgia. Un juez decide sobre el caso.Los últimos años del café Lión, inaugurado en 1929, han estado trufados de conflictos. Aun así, los ancianos responsables del negocio, el matrimonio compuesto por Alberto Gallardo (89 años) y Pilar Mayo, confían en volver a la actividad: "Moriremos con las botas puestas".

"Próxima apertura", dice el cartel de los escaparates. Próxima, puede; inmediata, no. Antes hay que resolver el último episodio de un largo embrollo: el Juzgado de Instrucción número 12 tiene que decidir sobre la demanda interpuesta por Gallardo contra el propietario de uno de los dos locales que forman el café. Acusa al dueño, Manuel Martínez, de impedir las obras de acondicionamiento para el funcionamiento del local. "Para autorizarlas, pretende subirnos astronómicamente la renta", aseguran fuentes próximas a los Gallardo.

Lo anticuado de la instalación ha hecho que la compañía Fenosa corte la luz y que la Dirección General de Trabajo (dependiente del Gobierno autónomo) haya impuesto una sanción de 750.000 pesetas. Sin luz y con multa, los dueños optaron por bajar la. verja a mediados de noviembre. Los cinco camareros están desde entonces en regulación de empleo.

Desde que nació, el café Lión está ubicado en dos locales unidos. El matrimonio Gallardo es propietario de la finca de Alcalá, 59, donde se ubica la parte del establecimiento que cobija la cervecería La Ballena Alegre. La zona correspondiente a Alcalá, 57, está arrendada desde 1929. La propiedad recae ahora sobre Manuel Martínez, quien asegura cobrar una renta de 60.000 pesetas mensuales. Las dos familias, vecinas, son como "Montescos y Capuletos", según una de ellas.

Cada una, también, da su versión de la larga pelea. Según el casero, los problemas actuales arrancan de 1989, cuando los vecinos de la casa (familiares de Martínez) denunciaron ante el Ayuntamiento al café por actividades molestas.. "En 1991 hubo un pequeño incendio. Mandé a un instalador y a mi administrador a revisar la instalación eléctrica, pero no les dejaron entrar", asegura Rodríguez. Por esas fechas, los Gallardo cerraron su parte de café para alquilarla por 1,5 millones de pesetas al mes. "Como a mí me iban a seguir pagando 60.000 por el mío, quise desahuciarles por abuso de derecho" cuenta el casero. Aquello quedó en tablas. Ahora el juez decidirá sobre las obras y la nueva renta. La tertulia de Cibeles está en silencio.

Un regalo de bodas

Alberto Gallardo y Pilar Mayo, los ancianos propietarios del café Lión, pusieron el negocio el mismo año que se casaron, 1929. Era como un regalo de bodas. El negocio lo cono cían: la familia del marido era propietaria del Lión d'Or, que estaba en la calle de Alcalá a la altura de Sevilla, donde ahora está la cafetería Nebraska.

El amplio establecimiento situado junto a Cibeles se convirtió prnto en lugar de tertulias. "Por aquí ha pasado todo Madrid, y en gran escala" dice Pilar Mayo. Recuerda que José Antonio Primo de

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