GUERRA EN LOS BALCANES

Major trata de evitar que Moscú quede aislado en la crisis balcánica

El primer ministro británico, John Major, aterrizó ayer a Moscú en un ambiente frío. El meteorológico y el político. El ultimátum lanzado por la OTAN contra los serbios de Bosnia ha enrarecido las relaciones entre Rusia, que se opone al ataque, y sus nuevos amigos occidentales, de cuya ayuda económica depende. La misión de Major, que es el primer jefe de Gobierno en llegar a Moscú tras la advertencia de la Alianza Atlántica, es evitar que Rusia quede aislada en esta crisis internacional. Major tiene previsto entrevistarse hoy con el presidente ruso, Borís Yeltsin.Hace tan sólo un mes las posic...

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El primer ministro británico, John Major, aterrizó ayer a Moscú en un ambiente frío. El meteorológico y el político. El ultimátum lanzado por la OTAN contra los serbios de Bosnia ha enrarecido las relaciones entre Rusia, que se opone al ataque, y sus nuevos amigos occidentales, de cuya ayuda económica depende. La misión de Major, que es el primer jefe de Gobierno en llegar a Moscú tras la advertencia de la Alianza Atlántica, es evitar que Rusia quede aislada en esta crisis internacional. Major tiene previsto entrevistarse hoy con el presidente ruso, Borís Yeltsin.Hace tan sólo un mes las posiciones del Reino Unido y de Rusia sobre lo que había que hacer en Bosnia eran muy similares. Los dos países recomendaban la máxima prudencia, si bien por razones muy diferentes. Moscú pretendía proteger a sus aliados naturales, los serbios, y Londres consideraba entonces que cualquier acción aérea sobre Bosnia obligaría a una mayor implicación militar de Occidente, lo que el Gobierno de Major no estaba en condiciones de asumir.

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La matanza de 68 personas en el mercado central de Sarajevo, ocurrida el 5 de febrero, rompió el equilibrio. Los británicos se sumaron a la repulsa mundial y apoyaron las decisiones de la OTAN, mientras que los rusos multiplicaban sus declaraciones contradictorias, sobre todo el ministro de Exteriores, Andréi Kózirev, en las que con distintos tonos rechazan el uso de la fuerza.

Major, que mañana se reunirá con un grupo de empresarios rusos, no quiere que Rusia quede aislada en esta crisis, lo que no sólo pondría en peligro todos los planes occidentales de ayuda económica sino la continuidad misma de la reforma política. Un éxito en esta misión permitiría al primer ministro recuperar la iniciativa en la escena política británica y frenar las revueltas dentro de su partido.

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