Un profesor exige la compra de sus libros de 5.000 pesetas

Los estudiantes de segundo curso de Derecho Político de la Universidad Complutense han denunciado la presión de su profesor, Sigfredo Hillers, para que compren sus propios libros si quieren aprobar. Un centenar de alumnos de uno de los dos grupos a los que da clase este profesor ha firmado un escrito en el que pide su destitución. En el otro grupo, 60 estudiantes, de los 75 que suelen ir a clase, se han cambiado para no tener que comprar los libros de Hillers, que cuestan 5.000 pesetas cada uno.A principio de curso, Hillers confeccionó una lista para que los alumnos se apuntaran y así traerles...

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Los estudiantes de segundo curso de Derecho Político de la Universidad Complutense han denunciado la presión de su profesor, Sigfredo Hillers, para que compren sus propios libros si quieren aprobar. Un centenar de alumnos de uno de los dos grupos a los que da clase este profesor ha firmado un escrito en el que pide su destitución. En el otro grupo, 60 estudiantes, de los 75 que suelen ir a clase, se han cambiado para no tener que comprar los libros de Hillers, que cuestan 5.000 pesetas cada uno.A principio de curso, Hillers confeccionó una lista para que los alumnos se apuntaran y así traerles los libros, ya que los ejemplares no se venden en la Universidad. "Y nos apuntamos, claro. Sabemos de otros años que el que no se apuntaba en la lista no aprobaba", comentaba ayer un alumno de Hillers. Éste confesó que, aunque hubiera tenido la oportunidad de pedir prestado el libro, lo hubiera comprado. "Lo importante era apuntarse en la lista", dice.

A principio de curso, Hillers dijo a sus estudiantes que necesitarían dos libros suyos. Hace unas semanas amplió el cupo a cuatro. "Y yo ya me harté y solicité, junto a mis compañeros, el cambio de clase", comentaba ayer un estudiante.

Hillers dijo ayer que esta acusación es "falsa", y que si él recomendaba sus libros era porque la materia que imparte así lo exige.

Dar más clases

Los alumnos también se quejan de que Hillers destila opiniones de extrema derecha en sus clases y organiza seminarios especiales a los que les obliga a asistir. "Yo no obligo a nadie; encima de que doy más clases de las que me corresponde, se quejan", explicaba el profesor. "Eso es relativo; yo le he oído decir un día que la chusma que no asistiera a sus seminarios no pasaría del suficiente", contestaba una estudiante.Ni los alumnos que ya han tenido clase con Hillers se atreven a dar su nombre: "El año pasado, en el examen final, hubo preguntas que teníamos que responder con el libro en la mano, y no valían fotocopias", comentaba ayer un estudiante de tercero.

Un grupo de alumnos seguidores de Hillers han contraatacado y han hecho circular un escrito, firmado por no más de 15 personas, en el que piden un debate público para solucionar los problemas y exigen que "queden desactivadas las actividades de los recogedores de firmas".

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"A mí se me critica porque sostengo que la nueva ley del aborto es una copia de la antigua ley de Hitler y digo picardías de la Constitución", decía ayer Hillers, al que en los pasillos se le conoce por el mote de Hitler.

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