Entrevista:

"Un acuerdo político con ETA sería sometido a referéndum popular"

Elkarri, un movimiento para el diálogo y el acuerdo surgido hace 13 meses desde las filas de Herri Batasuna (HB), ha adquirido en los últimos tiempos un indudable protagonismo como mediador en el diálogo con ETA y dinamizador de los encuentros entre pacifistas vascos y las organizaciones próximas a HB.Pregunta. ¿Hasta qué punto han evolucionado ustedes?

Respuesta. Hemos pasado de un núcleo inicial de 150 personas a 800 militantes y 400 colaboradores. Hay 2.000 amigos que financian nuestras actividades con aportaciones mensuales de 1.000 pesetas, y contamos con 120.000 firm...

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Elkarri, un movimiento para el diálogo y el acuerdo surgido hace 13 meses desde las filas de Herri Batasuna (HB), ha adquirido en los últimos tiempos un indudable protagonismo como mediador en el diálogo con ETA y dinamizador de los encuentros entre pacifistas vascos y las organizaciones próximas a HB.Pregunta. ¿Hasta qué punto han evolucionado ustedes?

Respuesta. Hemos pasado de un núcleo inicial de 150 personas a 800 militantes y 400 colaboradores. Hay 2.000 amigos que financian nuestras actividades con aportaciones mensuales de 1.000 pesetas, y contamos con 120.000 firmas de apoyo. En lo que se refiere a nuestro discurso, hemos evolucionado de un planteamiento genérico de diálogo y acuerdo a definir una propuesta de resolución del conflicto basada en el diálogo democrático.

P. ¿Se puede decir que Elkarri trata de preparar el ambiente para una negociación política con ETA sobre la base del derecho de autodeterminación?

R. Nuestro trabajo consiste en atraer a todas las fuerzas posibles hacia el diálogo y el acuerdo, porque pensamos que es necesario establecer un consenso sobre el mecanismo de relación entre Euskal Herria y el Estado. El Pacto de Ajuria Enea plantea la existencia de un contencioso con el Estado, y lo que hace falta es buscar un acuerdo que dé una solución a esas relaciones.

P. ¿Pero la autodeterminación es o no un elemento capital de esa salida?

R. No entramos en ese tema. Lo importante es que el marco de relaciones entre Euskal Herria y el Estado tenga el mayor consenso posible.

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P. Se supone que esas relaciones están determinadas a partir del Estatuto de Gernika. ¿La solución que ustedes propugnan puede darse en el actual marco institucional? ¿Es posible la incorporación del mundo de HB a la democracia en ese marco?

R. Creemos que sí, pero no con carácter exclusivo; es decir, ahí es donde situamos el modelo de diálogo democrático de solución del conflicto. Es un modelo que implica la existencia de diálogo entre las partes, la participación de las instituciones y la voluntad popular. Lo que planteamos es que las posiciones más enfrentadas dialoguen para buscar un acuerdo y que, a partir de ahí, se desarrolle un proceso democrático de asunción, rechazo o modificación de ese acuerdo.

P. ¿Considera democrático un modelo sobre la negociación política de ETA y el Gobierno?

R. No establecemos jerarquías. El primer borrador de acuerdo sería bienvenido tanto si surge de una experiencia de diálogo entre partidos políticos, entre ETA y el Gobierno o entre movimientos sociales. En todo caso, nosotros nunca hablamos de negociación, hablamos de diálogo y acuerdo democrático.

P. Pero no rechazan en absoluto el planteamiento de la negociación política con ETA.

R. El acuerdo que pudiera resultar no se impondría en ningún caso; sería sometido a un proceso democrático de consulta con los agentes sociales, las instituciones y, en última instancia, con los ciudadanos, por medio de un referéndum. Debe quedar claro que el futuro de los vascos lo vamos a decidir los vascos, no lo va a decidir ETA.

P. ¿Ha extraído alguna apreciación interesante de sus contactos con socialistas vascos, el representante de ETA Eugenio Etxebeste, y dirigentes de HB?

R. Sí, que todo el mundo tiene la impresión de que se ha agotado una etapa y que tanto en ETA como en el Gobierno hay muchas ganas de avanzar en el diálogo. Por eso queremos decirle al ministro Antoni Asunción que sea audaz y dé pasos en la vía del diálogo.

P. Quince años más tarde, ¿tiene sentido hablar de proceso de transición vasca?

R. En ese terreno enlazamos con el planteamiento de Mario Onaindía sobre la tercera fase del proceso constituyente vasco, sobre la necesidad de aumentar el consenso sobre las relaciones entre Euskal Herria y el Estado. Repito que la propia Mesa de Ajuria Enea habla de la existencia de un contencioso pendiente.

P. ¿Es por ahí por donde ustedes buscan la solución?

R. Los textos de Ajuria Enea tienen elementos muy interesantes para propiciar soluciones, aunque nos da la impresión de que los partidos han asumido únicamente los apartados que se refieren al enfrentamiento.

P. O sea, que el texto de Ajuria Enea puede ser un marco válido.

R. Sí; no lo compartimos al ciento por ciento, pero hay partes interesantes que deberían haber sido aprovechadas con mayor audacia.

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