Un constructor quíere echar a las 60 familias que debieron terminar sus pisos inacabados

S. G. C. / J. M. Cuatro portales de la calle de Salamanca, en Parla (70.423 habitantes), son un ejemplo vivo del chabolismo vertical. La empresa Inmobiliaria Emvi comenzó a edificar hace 15 años un bloque de pisos, pero esta sociedad no construyó más que la estructura. Sesenta familias han ido okupando el edificio y levantando sus apartamentos por sus propios medios. Ahora, el constructor quiere que le compren el piso o que lo abandonen. El Ayuntamiento de Parla ha tolerado durante años, esta situación. Aunque las casas no tienen cédula de habitabilidad, sus moradores pagan impuestos.

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S. G. C. / J. M. Cuatro portales de la calle de Salamanca, en Parla (70.423 habitantes), son un ejemplo vivo del chabolismo vertical. La empresa Inmobiliaria Emvi comenzó a edificar hace 15 años un bloque de pisos, pero esta sociedad no construyó más que la estructura. Sesenta familias han ido okupando el edificio y levantando sus apartamentos por sus propios medios. Ahora, el constructor quiere que le compren el piso o que lo abandonen. El Ayuntamiento de Parla ha tolerado durante años, esta situación. Aunque las casas no tienen cédula de habitabilidad, sus moradores pagan impuestos.

La mayoría de las personas que habían llegado a pagar la entrada de esos pisos, vendidos antes de su construcción, desistieron de su intento y no viven en la manzana de lo que iba a ser la Urbanización Parque Verde.El esqueleto que se llegó a construir estaba demasiado cerca de muchos vecinos con familiares sin casa, en una localidad con mucho paro e ingresos muy bajos. Así que el boca a boca funcionó como nunca y llegaron okupas -sin cresta-, que ahora llevan entre 15 y dos años instalados en los portales números 2, 4, 6 y 8 de la calle de Salamanca.

Son 60 familias formadas por transportistas, albañiles, dentistas colombianos, camareros, parados y gitanos -evangelistas y cristianosque viven de la venta ambulante. Los vecinos han limpiado de jeringuillas un solar colindante y han llamado al Ayuntamiento para que limpie de ratas el sótano.

Los afectados aseguran que el propietario les ofrece comprar el piso por tres o cuatro millones de pesetas o abandonarlo a cambio de 200.000 pesetas. Todos insisten en su deseo de comprar el piso a plazos o con un crédito oficial, pero no al contado. "Si tuviéramos tres millones de pesetas no estaríamos aquí", comenta en el rellano de la escalera Mari Carmen, envuelta en una bata rosa. "No nos lo pueden vender porque ellos no lo han construido", se defienden los vecinos. "Tenemos que comprarles lo que nosotros hemos hecho y pagado", se desespera Josefa.

Desde hace semanas, cada vecino recibe una carta del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Parla, en la que les piden que se personen en los juzgados. José Luis Aguado, responsable de Emvi, no ha contestado a las llamadas de este periódico.

El Ayuntamiento de Parla reconoce que la iniciativa del constructor de reclamar las casas es legal, por lo que van a intentar demostrar que hubo una estafa cuando se abandonó la construcción. En el Registro de la Propiedad de Parla se puede comprobar que Inmobiliaria Emvi es la propietaria de esos portales. Los okupas no tienen ningún derecho sobre las casas.

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Primero, la puerta

La primera medida que tomaban los nuevos moradores era instalar la puerta. Con la intimidad que confiere contar con un umbral comenzaron a construir sus hogares. "Esta vivienda, que para el Ayuntamiento era mala, para nosotros es un palacio", explica Estrella. El diseño, la comodidad y el confort de cada casa depende de la maña de los inquilinos. La casa del albañil Francisco Jiménez parece un piso piloto, con su nutrida biblioteca y sus peceras multicolores. La vivienda de un matrimonio maduro es un primor de decoración calé. Y las paredes de la casa de Carlos García son auténticos murales de manchas de humedad.

Llega el tren

El Ayuntamiento de Parla conoce la situación en la que han vivido estas 60 familias desde hace más de 10 años, e incluso los vecinos están inscritos en el censo y pagan la contribución urbana. El cobro de los impuestos "obedece a un deseo de conseguir su integración y disminuir la conflictividad de la zona". En el DNI de los vecinos afectados aparece la dirección de la calle de Salamanca como su domicilio. No pueden solicitar una vivienda social por carecer de cédula de habitabilidad y constar en los organismos oficiales como ciudadanos sin domicilio. Parla tiene una tasa de desempleo casi del 301/1 por lo que es, junto con Aranjuez, una de las poblaciones con más paro de Madrid, según cálculos de UGT.La calle de Salamanca fue considerada hace años por la policía como "un centro de narcotráfico y alta peligrosidad social". La tensión de la zona desembocó en un tiroteo, ocurrido en 1991, en el que resultaron heridas seis personas, dos de ellas agentes. Desde hace tiempo, el barrio ha recuperado la tranquilidad. Los vecinos denuncian que tras los desahucios se oculta la revalorización del suelo que ocupan sus viviendas que traerá consigo la llegada del tren al casco urbano.

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