LOS PERSONA JES DE LA TRAMA

La policía ha detenido a 15 personas por su relación con la red de escuchas ilegales. A última hora del viernes, ocho de los implicados habían ingresado en prisión, mientras otros siete fueron puestos en libertad. Éstos son los nombres de los acusados y el papel que desempeñaban:

Miguel Ruiz Martínez. Bajo esta nueva identidad se oculta Miguel Legarza Egía, El Lobo, de 42 años, al que el abogado Juan Cruz Unzurrunzaga, que en 1975 era miembro del comando Madrid de ETA, ha calificado de "monstruo" y ha descrito con estas palabras: "No tenía ideología. Era un tipo frí...

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La policía ha detenido a 15 personas por su relación con la red de escuchas ilegales. A última hora del viernes, ocho de los implicados habían ingresado en prisión, mientras otros siete fueron puestos en libertad. Éstos son los nombres de los acusados y el papel que desempeñaban:

Miguel Ruiz Martínez. Bajo esta nueva identidad se oculta Miguel Legarza Egía, El Lobo, de 42 años, al que el abogado Juan Cruz Unzurrunzaga, que en 1975 era miembro del comando Madrid de ETA, ha calificado de "monstruo" y ha descrito con estas palabras: "No tenía ideología. Era un tipo frío. Su único móvil era el dinero. Me quitó a algunos de mis mejores amigos, gente fantástica y capaz".

En 1975, la obsesión de El Lobo era borrar de un plumazo el lunar que adornaba su mejilla y cambiar su fisonomía. La organización terrorista, emulando los carteles del salvaje Oeste americano, le había puesto en el punto de mira con una leyenda: "Conde nado a muerte por ETA, por traidor". Legarza ha bía sido hasta entonces Gorka, responsable de las tructuras de apoyo a los mandos operativos. Su dominio del euskera alejó suspicacias. Nadie sospechó que la confianza que le brindaba la cúpula etarra se asentara en arenas tan movedizas. "Era astuto, sagaz y, sobre todo, un gran actor", según Unzurrunzaga.

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Para entonces, el Servicio Central de Documentación de la Presidencia del Gobierno (Seced) ya le había bautizado como El Lobo. Estaba al acecho y el festín no tardaría en llegar: la desarticulación de todos los comandos operativos y la detención, a partir del 30 de julio, en Madrid y Barcelona, de más de 40 activistas, entre ellos Juan Paredes, Txiki, fusilado junto a Ángel Otaegui.

Personas que le han seguido la pista durante años responden rápidamente a la hora de enjuiciar a aquel estudiante vizcaíno de los maristas, educado entre sotanas y grupos parroquiales. Calificativos como "gris", "rata" "sucio" o "títere de los servicios secretos" adornan el recuerdo de Lejarza, un joven aficionado al teatro que cambió las bambalinas por el espionaje.

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Detenido por la policía en Irún el 31 de julio de 1987 bajo la acusación de extorsión a empresarios y médicos, fue liberado tras invocar su condición de confidente y pagar una fianza de 200.000 pesetas.

Un año después, escondido tras una poblada barba canosa y unas gafas oscuras, El Lobo se desplaza a Madrid, donde empieza a trabajar para el Cesid. Legarza deambula por varias empresas de seguridad, como Surinver y Orión, antes de constituir en Barcelona, el pasado año, la sociedad General de Consulting y Comunicación, bajo la que se enmascaró en un principio la presunta red de espionaje y chantaje dirigida por el coronel Fernando Rodríguez González. El Lobo está encarcelado e sometido a incomunicación en la prisión de La Roca.

LOS PERSONAJES DE LA TRAMA

Fernando Rodríguez González. Coronel de infantería adscrito en 1979 al Cesid. Pidió la excedencia el pasado julio para asesorar en materia de seguridad al conde de Godó, aunque llevaba un año realizando esta tarea. Está considerado el máximo responsable de la trama de escuchas legales. Ingresó el viernes en la cárcel de La Roca del Vallés. Está incomunicado.

Manuel María Sánchez. Ex guardia civil y ex miembro del Cesid, enrolado en General Consulting de Comunicación y luego en Boadcast. Activo participante en los pinchazos de los teléfonos y extorsiones a directivos de las cadenas de televisión Tele 5 y Antena 3. Incomunicado en La Roca.

José Manuel Trujillo. Trabajador de General Consulting de Comunicación. Ingresado en la cárcel de La Roca.

Juan Rodríguez González. Empleado de Consulting. Se dedicaba a realizar seguimientos de vehículos y controles de personas, muchas veces por encargo de El Lobo. Ingresado en la Modelo.

Miguel Luis Izquierdo Guillén. Jefe de Seguridad de La Vanguardia. Facilitó la labor de la trama dentro del edificio del rotativo. Ingresado en la Modelo.

Gemma Guillén. Secretaria del conde de Godó. Interlocutora habitual con los miembros de la trama, que le imputan haber ordenado labores de espionaje. Ella lo niega. En libertad.

Salvador Daroqui González. Chófer y escolta personal del conde de Godó. Espiaba los menores movimientos y actividades del conde. Internado en la cárcel Modelo de Barcelona.

José Tomás Brenchot Herrero. Miembro de la secretaría del editor de La Vanguardia. Se ignora qué papel desempeñaba en la trama. En libertad.

Juan Gracia Navarro. Uno de los peones de la trama. Ingresado en la cárcel Modelo.

Juan García Vergés. Detective privado. Relacionado con el pinchazo de las líneas de Carlos Fajardo, ex directivo de La Vanguardia. En libertad.

Lucio García-Mochales Núñez. Relacionado con los pinchazos de las líneas telefónicas de Javier Godó y su secretaria. En libertad.

José Chavarría Xifré. Relacionado con el arma que se le ocupó a uno de los detenidos en la operación. En libertad.

Jordi López Angulo. Agente de la Guardia Urbana del Ayuntamiento de Santa María de Palau Tordera. Facilitó documentación sobre vehículos para permitir el control y seguimiento de sus propietarios. El juez decretó su libertad.

Julio Moyano Linares. Relacionado con el robo de documentos contables de una empresa para facilitar el posterior chantaje por parte de la red. El juez lo ha puesto en libertad.

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