Un nuevo escándalo salpica a una figura clave de la coalición que gobierna Japón

La coalición gubernamental japonesa, comprometida públicamente contra la corrupción desde su llegada al poder hace tres meses, sufre las consecuencias del último escándalo nacional. La crisis es especialmente incómoda al salpicar a uno de sus principales dirigentes: el converso Ichiro Ozawa, escudero durante muchos años de Shin Kanemaru, que fue el cacique más poderoso del conservador Partido Liberal Democrático (PLD) en los últimos tiempos, procesado ahora con cargos de corrupción masiva. La imputación de fondo, dinero a cambio de favores, no ha sorprendido porque Ozawa formó parte del sanedr...

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La coalición gubernamental japonesa, comprometida públicamente contra la corrupción desde su llegada al poder hace tres meses, sufre las consecuencias del último escándalo nacional. La crisis es especialmente incómoda al salpicar a uno de sus principales dirigentes: el converso Ichiro Ozawa, escudero durante muchos años de Shin Kanemaru, que fue el cacique más poderoso del conservador Partido Liberal Democrático (PLD) en los últimos tiempos, procesado ahora con cargos de corrupción masiva. La imputación de fondo, dinero a cambio de favores, no ha sorprendido porque Ozawa formó parte del sanedrín liberal encargado de forjar mafiosos lazos entre políticos, empresarios y burócratas.El Partido Comunista ha pedido su comparecencia parlamentaria para que explique las circustancias en que aceptó cinco millones de yenes (algo más de seis millones de pesetas) de la constructora Kajima, cuyo presidente y 20 directivos, junto a dos gobernadores provinciales, han sido detenidos en una operación policial contra el soborno y la corrupción.

De acuerdo con la legislación que controla la recaudación de fondos, un político puede recibir personalmante un máximo anual de millón y medio de yenes (algo menos de dos millones de pesetas) de empresas o particulares. Este tope legal lo evita el propio sistema permitiendo que compañías y donantes repartan cantidades más elevadas entre las diferentes organizaciones al servicio del político correspondiente.

La prensa japonesa asegura que la compañía Kajima, segunda en importancia en el sector de la construcción, distribuyó 3.000 millones de yenes entre políticos a cambio de contratos en obras públicas de envergadura. Ozawa, a quien no se le ha demostrado ninguna ilegalidad, admitió haber recibido los cinco millones de la constructora -"pero a nombre de varias de mis organizaciones", dijo-; no las quiso identificar y, contrariamente a la afirmación del diario Asahi Shimbun de que los pagos fueron semestrales e indebidos, afirma que respetó la ley y dispone de recibos que así lo demuestran. "Por tanto no tengo que explicarme ante el Parlamento. Si se insiste en que lo haga, entonces todo el mundo deberá hacerlo", subrayó Ozawa en una conferencia de prensa.

Prestigio personal

"Aunque hay muchas opiniones al respecto, éste es un asunto que atañe a mi prestigio personal. No es justo sacarlo a colación en medio de un debate en el que el Gobierno se esfuerza por sacar adelante una reforma política adecuada", agregó el antiguo secretario del PLD, en el poder durante 38 años seguidos, y ahora ocupando la misma función en el Partido de la Renovación, una de las dos formaciones con más fuerza entre las ocho que componen la coalición presidida por Morihiro Hosokawa, un jefe de Gobierno de quien la opinión pública nipona espera mucho.

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La reforma política que el Ejecutivo pretende aprobar a toda costa antes del próximo viernes establece nuevas cautelas contra la delictiva complicidad de políticos, dinero y burocracia. Además, modifica el sistema electoral, que premia desproporcionadamente el voto rural sobre el urbano e invita a la corrupción al obligar a los candidatos a efectuar desembolsos de campaña ajenos a sus posibilidades.

Ozawa es un destacado promotor de la reforma. Sin embargo, este entusiasmo por la modernización es reciente en su perfil. Ozawa, de 58 años, abandonó el PLD únicamente cuando su mentor Kanemaru cayó en desgracia. Heredó de éste sus conexiones con grandes empresas de la construcción y las mañas recaudadoras que le hicieron especialmente valioso.

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