México espera con cierta cautela que el Congreso norteamericano vote el acuerdo

El Gobierno de México comparte su preocupación sobre la suerte del TLC con cierta esperanza acerca de que la votación del 17 en la Cámara de Representantes de Estados Unidos pueda ser favorable. Una alta fuente del Ejecutivo aseguré ayer a este periódico que las perspectivas de que el acuerdo pase el Congreso norteamericano son cada día mayores, si bien no ocultó que una votación negativa generaría "un desencanto general" no sólo en México sino en el resto de América Latina.Esta misma fuente indicó que caso de no ser aprobado el TLC la reacción popular sería impredecible. En su opinión, habría...

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El Gobierno de México comparte su preocupación sobre la suerte del TLC con cierta esperanza acerca de que la votación del 17 en la Cámara de Representantes de Estados Unidos pueda ser favorable. Una alta fuente del Ejecutivo aseguré ayer a este periódico que las perspectivas de que el acuerdo pase el Congreso norteamericano son cada día mayores, si bien no ocultó que una votación negativa generaría "un desencanto general" no sólo en México sino en el resto de América Latina.Esta misma fuente indicó que caso de no ser aprobado el TLC la reacción popular sería impredecible. En su opinión, habría un replanteamiento en las relaciones de México con Estados Unidos, lo que echaría por tierra toda * una política premeditada y generada durante el sexenio presidencial de Carlos Salinas de Gortari que permite hoy día el mayor entendimiento político que han alcanzado ambos países a lo largo de su historia.

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México ha advertido oficialmente con cierto orgullo que el TLC lo que haría es darle un impulso adicional a la economía del país. "Creceríamos y crearíamos empleo más rápido con el acuerdo y menos sin él", aseguran fuentes de la Secretaría de Economía.

Sin embargo, el TLC ha sido previsto como el marco a donde han ido dirigidas la mayor parte de las grandes reformas económicas del Gobierno de Salinas en estos últimos cinco años. También ha sido proyectado como "el motor económico" que posibilitaría el despegue del país. La incertidumbre ha provocado estos días una caída de un 5% de la inversión extranjera en bolsa.

En México se piensa que el culpable del enredo que sufre este acuerdo ha sido el propio Bill Clinton, cuya política ya como inquilino de la Casa Blanca se considera bastante parroquiana. Fue Clinton en su campaña electoral el que exigió modificaciones laborales y medioambientales a lo ya firmado por George Bush.

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