Una retirada a tiempo

El enfrentamiento entre turcos y kurdos ha alcanzado tal nivel que no cabe esperar más que una retirada. El país atraviesa su más peligrosa encrucijada desde que comenzó, hace casi diez años, la rebelión de la etnia kurda. La situación es tan crítica que, sise hacen las cosas mal, los 60 millones de habitantes de Turquía pueden verse envueltos en una guerra civil.La sangrienta lucha entre las fuerzas de seguridad y los militantes del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) se ha cobrado este año un número récord de muertos que han venido a engrosar la lista de los 10.000 soldados, guerrillero...

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El enfrentamiento entre turcos y kurdos ha alcanzado tal nivel que no cabe esperar más que una retirada. El país atraviesa su más peligrosa encrucijada desde que comenzó, hace casi diez años, la rebelión de la etnia kurda. La situación es tan crítica que, sise hacen las cosas mal, los 60 millones de habitantes de Turquía pueden verse envueltos en una guerra civil.La sangrienta lucha entre las fuerzas de seguridad y los militantes del Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) se ha cobrado este año un número récord de muertos que han venido a engrosar la lista de los 10.000 soldados, guerrilleros y civiles ya caídos, según el presidente turco, Suleyman Demirel.

El Gobierno está distribuyendo armas a todo lo largo de la línea que separa sus territorios de los poblados habitados mayoritariamente por kurdos en el este del país; el PKK está matando a los profesores turcos de los pueblos kurdos, y los aldeanos turcos rechazan a los refugiados kurdos o a cualquiera de esa etnia entre ellos.

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Ankara continúa enviando tropas al sureste y ya tiene destacados en la zona entre 150.000 y 200.000 soldados que se han mostrado incapaces de acabar con una fuerza militar que cuenta con unos 10.000 hombres.

La guerrilla siente que tiene el viento de cara, y precisamente por ello ha moderado su exigencia de independencia. El Kurdistán turco es una zona extremadamente pobre, y la mayoría de sus habitantes es consciente de la dependencia del Estado turco que sufre la región. El líder del PKK ha ofrecido una vuelta a la tregua unilateral dictada a principios de año a cambio de comenzar negociaciones sobre una federación y sobre los derechos culturales y educativos de los kurdos. En la sociedad turca hay un claro despertar sobre la necesidad de dialogar para resolver el problema kurdo, aunque los militares insistan en "rendición o muerte". De momento, parece dificil poner fin inmediato a la violencia, pero puede darse un paso hacia la retirada a tiempo.

The Independent / EL PAÍS

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