Cartas al director

Ley del embudo

Una vez más parece confirmarse que la ligereza intelectual posee, paradójicamente, las piernas muy cortas. Viene lo anterior a cuento ya que, en su fogoso artículo La tradición nacional-bolchevique (EL PAÍS, 14 de septiembre de 1993), su autor, el señor Vázquez Rial, aplica, con absoluto tupé, la tan vetusta como tosca ley del embudo. Tiene muy, a mal, por ejemplo, la actitud rusa al llamar de forma chovinista "gran guerra patriótica" a la II Guerra Mundial, y, sin embargo, parece no hallar nada censurable en la invocación por parte de Paul Nizan -frente al Partido Comunista Francés, al...

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Una vez más parece confirmarse que la ligereza intelectual posee, paradójicamente, las piernas muy cortas. Viene lo anterior a cuento ya que, en su fogoso artículo La tradición nacional-bolchevique (EL PAÍS, 14 de septiembre de 1993), su autor, el señor Vázquez Rial, aplica, con absoluto tupé, la tan vetusta como tosca ley del embudo. Tiene muy, a mal, por ejemplo, la actitud rusa al llamar de forma chovinista "gran guerra patriótica" a la II Guerra Mundial, y, sin embargo, parece no hallar nada censurable en la invocación por parte de Paul Nizan -frente al Partido Comunista Francés, al que hasta entonces pertenecía- de la primacía de los intereses nacionales de Francia a la hora del pacto germano-soviético, que tantas tribulaciones creó al ser firmado en 1939. Invocación, pero esto no modifica la falacia del publicista, no coincidente con la versión y análisis de aquel suceso, según se desprende tanto del famoso prólogo de Sartre a la reedición del libro de su antiguo condiscípulo Aden Arabie, en 1960, como de las cartas de Nizan a su mujer a partir de septiembre de aquel año, ya movilizado en la dróle de guerre.

Tal modo de funcionar hace "absolutamente improbable" "completamente imposible", que como el señor Vázquez Rial no ignora, emplean Aos británicos para significar "completamente imposible" que más de uno volvamos a poner los ojos en sus opiniones por escrito.-

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