El Gobierno bosnio usa a los soldados españoles como moneda de cambio

Los 57 soldados españoles bajo el mando del coronel Ángel Morales, cercados en la margen izquierda de Mostar por la población y las fuerzas armadas musulmanas, son desde ayer de forma inequívoca rehenes del Gobierno de Sarajevo. El secuestro de que son objeto desde hace cuatro días es mucho menos un "escudo humano" para impedir nuevos ataques de las fuerzas asediantes croatas que una operación dirigida desde Sarajevo para canjear la libertad de los soldados españoles por garantías de seguridad para Mostar.A esta convicción llegaron ayer los jefes militares españoles y altos mandos de las Nacio...

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Los 57 soldados españoles bajo el mando del coronel Ángel Morales, cercados en la margen izquierda de Mostar por la población y las fuerzas armadas musulmanas, son desde ayer de forma inequívoca rehenes del Gobierno de Sarajevo. El secuestro de que son objeto desde hace cuatro días es mucho menos un "escudo humano" para impedir nuevos ataques de las fuerzas asediantes croatas que una operación dirigida desde Sarajevo para canjear la libertad de los soldados españoles por garantías de seguridad para Mostar.A esta convicción llegaron ayer los jefes militares españoles y altos mandos de las Naciones Unidas después de que las fuerzas musulmanas rompieran unilateralmente las negociaciones y retuvieran de nuevo al coronel legionario Morales, que había retornado con su tropa. Este había insistido en unirse a sus hombres después de las primeras conversaciones con fuerzas musulmanas y croatas.

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Pasa a la página 3

Los mandos musulmanes boicotean la negociación para liberar a los 'cascos azules' españoles

Viene de la primera página La desesperada situación militar de las fuerzas musulmanas en Mostar oriental ha llevado al Gobierno de Bosnia-Herzegovina a recurrir a este método de violación de la buena voluntad de las tropas españolas dedicadas a la ayuda humanitaria, tan utilizado anteriormente por ser bios y croatas en esta guerra.El coronel Ángel Morales, sin de ceso afeitar, "muy cabreado pero muy tranquilo", según sus su bordinados, había podido salir el sábado del cerco de Mostar oriental para participar durante esa noche en las negociaciones con las fuerzas contendientes, bajo dirección de los generales españoles Agustín Muñoz Grandes y Luis Feliú.

Tras varias horas de conversaciones hasta la madrugada del domingo, se confiaba en una pronta resolución de la crisis. Morales regresó a Mostar. En la mañana de ayer, sin embargo, los responsables musulmanes se negaron a acudir a la nueva ron da y advirtieron que no dejarían salir ni siquiera al coronel Mora les para que acudiera de nuevo al cuartel general del batallón español en Medjugorje, a unos 35 kilómetros de Mostar.

Resolución de la ONU Aunque al cierre de esta edición los mandos de las fuerzas españolas seguían intentando entablar conversaciones para una rápida resolución de la crisis, altos mandos de las Naciones Unidas manifestaron a EL PAÍS la con vicción de que esta nueva "vuelta de tuerca" que suponían la ruptura de negociaciones y el renovado secuestro del coronel obedecía a órdenes de Sarajevo, de cara a forzar una nueva resolución del Consejo de Seguridad que coincidiera con la conferencia de Ginebra.

En esta ciudad suiza se reúnen hoy todas las partes enfrentadas, pero las reservas hacia el plan de paz por parte del Parlamento bosnio y de las fuerzas croatas de Bosnia hacen previsibles graves disensiones o incluso la ruptura de todo el proceso de negociaciones.

En el caso de un colapso del diálogo en Ginebra, el Gobierno de Sarajevo parece decidido a forzar una reunión urgente del Consejo de Seguridad que declare a Mostar como zona de seguridad e impida, a través de la presencia de tropas internacionales, la caída de la margen izquierda de la ciudad en manos croatas. Los 55.000 civiles musulmanes asediados en estos barrios, en situación humanitaria y militar desesperada, han sido fáciles de convencer para acorralar como barrera humana a las tropas españolas que habían acudido a suministrarles ayuda alimenticia y sanitaria.

Los generales Muñoz Grandes y Feliú insistieron ayer de nuevo en Medjugorje en que no habría concesiones por su parte a aquellos que han organizado esta operación. Con toda comprensión hacia la población civil y sus sufrimientos en la margen izquierda de Mostar, los generales españoles dijeron que los soldados que fueron a ayudar a la población a petición de las autoridades musulmanas deben recibir paso libre incondicional, al margen de cualquier acuerdo que pueda obtenerse para mejorar la situación de Mostar.

Moral alta

Las tropas españolas en Mostar se hallan en buen estado y su moral es alta. El sábado recibieron suministros -comida, agua y tabaco- .El coronel Morales, con su llegada a altas horas de la madrugada cruzando las líneas enemigas para unirse de nuevo a su tropa, no hizo ayer sino aumentar la tranquilidad y la determinación de las fuerzas españolas, dentro y fuera del cerco, por buscar una solución que impida que se siente un precedente de éxito para esta operación de manipulación de la ayuda humanitaria.

El jefe civil de las Naciones Unidas en Bosnia, Cedric Thornberry, que había insistido en acudir a un reparto de la ayuda humanitaria a Mostar organizado y negociado exclusivamente por las tropas españolas, no compartía la convicción del coronel Morales de la necesidad de retornar al interior del barrio cercado de Mostar para concluir en un sentido u otro la operación a la que con tanto entusiasmo se había unido cuando prometía ser una gesta espectacular y nada incómoda. Tras pasar un día en el hotel Ana Maria de Medjugorje en relajada conversación con los medios británicos, se despidió ayer porque partía hacia Split, en la costa Adriática.

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