Una mujer italiana estrangula a su hija por celos

La confesión de Rosalia Quartararo, de 39 años, que estranguló a su hija Concetta, de 19, y echó el cadáver a un canal cerca de Lodi, porque estaba enamorada del hombre que cortejaba a ésta -un guardia jurado de Milán, 50 años, casado y abuelo-, ha dado solución al primero de los 10 asesinatos de mujeres jóvenes habidos en Italia en lo que va de verano.Rosalia Quartararo dejó a su marido en Sicilia hace 19 años y se trasladó a Pozzuolo Martesana con las tres hijas habidas de él. Desde entonces convivía con Giuseppe Redaelli, un cuidador de vacas de 43 años, que vio crecer a las tres niñas y qu...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

La confesión de Rosalia Quartararo, de 39 años, que estranguló a su hija Concetta, de 19, y echó el cadáver a un canal cerca de Lodi, porque estaba enamorada del hombre que cortejaba a ésta -un guardia jurado de Milán, 50 años, casado y abuelo-, ha dado solución al primero de los 10 asesinatos de mujeres jóvenes habidos en Italia en lo que va de verano.Rosalia Quartararo dejó a su marido en Sicilia hace 19 años y se trasladó a Pozzuolo Martesana con las tres hijas habidas de él. Desde entonces convivía con Giuseppe Redaelli, un cuidador de vacas de 43 años, que vio crecer a las tres niñas y que el pasado viernes, al volver a casa, se encontró a su compañera terminando de hacer un paquete con el cadáver de Concetta.

Redaelli se limitó a atender la petición de la mujer de que le ayudara a cargar el cuerpo en el coche. No se dieron cuenta de que , un ciudadano marroquí vio la maniobra y que, cuando se habló de la desaparición de Concetta, se lo contó a la policía. El cadáver fue echado a un canal, a pocos kilómetros de la casa.

La asesina no podía soportar que su hija, camarera en un hotel, tuviera amores con Rosario Loria, un hombre de 50 años que, queriendo irse del pueblo con la hija, hizo creer, de acuerdo con ésta, a la madre, que se la llevarían y que las atenciones que procuraba a Concetta iban, en realidad, dedicadas a ella.

Cuando se dio cuenta del engaño Rosalia urdió el plan. El viernes, esperó a que se fueran su compañero y el guardia jurado que dormía con su hija bajo el techo de todos. Después, golpeó a la joven con el mango de una escoba, luego la estranguló con una cuerda.

Giuseppe Redaelli ha sido puesto en libertad, acusado sólo de ayudar a ocultar el cadáver.

Archivado En