La Comunidad inspecciona la residencia donde murió una anciana

La Comunidad de Madrid inspeccionó durante todo el día de ayer la residencia de ancianos Ballesol, donde el pasado lunes falleció asfixiada Mercedes Quintana, de 69 años. La víctima, que padecía demencia senil, se durmió mientras fumaba un cigarro que prendió la mesilla de noche de su habitación y propició el fuego que acabó con su vida.Los técnicos de la Consejería de Integración Social examinaron minuciosamente las habitaciones de la cuarta planta, reservada para enfermos terminales. Algunos de estos cuartos disponen de rejas especiales ya que, según los responsables del centro, en ellos res...

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La Comunidad de Madrid inspeccionó durante todo el día de ayer la residencia de ancianos Ballesol, donde el pasado lunes falleció asfixiada Mercedes Quintana, de 69 años. La víctima, que padecía demencia senil, se durmió mientras fumaba un cigarro que prendió la mesilla de noche de su habitación y propició el fuego que acabó con su vida.Los técnicos de la Consejería de Integración Social examinaron minuciosamente las habitaciones de la cuarta planta, reservada para enfermos terminales. Algunos de estos cuartos disponen de rejas especiales ya que, según los responsables del centro, en ellos residen personas con algún tipo de deficiencia mental que necesitan esta protección en las ventanas para evitar "que alguna persona se tire al vacío". Mientras Máximo Ballesteros, director de la residencia, aclaró ayer que estas rejas son fáciles de abrir, los bomberos manifestaron que durante su intervención se encontraron candados que precintaban las rejas de estos pequeños cuartos.

La residencia Ballesol, ubicada en El Plantío, está calificada en el sector como uno de los centros de mayor calidad de la región. La estancia mensual de un anciano puede costar de 200.000 a 300.000 pesetas.

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