GUERRA EN LOS BALCANES

Izetbegovic acepta finalmente una confederación bosnia sin apenas competencias para el poder central

La división de Bosnia en tres repúblicas en función de criterios étnicos se ha consumado en Ginebra. El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, anunció ayer a las 18.50 (hora peninsular española) que todas las partes negociadoras habían llegado a un acuerdo basado en la propuesta presentada la víspera por los mediadores internacionales, David Owen y Thorvald Stoltenberg. Tudjman anunció que este "Acuerdo constitucional para la Unión de Repúblicas de Bosnia-Herzegovina" se firmará previsiblemente el próximo domingo o lunes. Este plan, muy similar al defendido por Serbia y Croacia, impone grandes...

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La división de Bosnia en tres repúblicas en función de criterios étnicos se ha consumado en Ginebra. El presidente de Croacia, Franjo Tudjman, anunció ayer a las 18.50 (hora peninsular española) que todas las partes negociadoras habían llegado a un acuerdo basado en la propuesta presentada la víspera por los mediadores internacionales, David Owen y Thorvald Stoltenberg. Tudjman anunció que este "Acuerdo constitucional para la Unión de Repúblicas de Bosnia-Herzegovina" se firmará previsiblemente el próximo domingo o lunes. Este plan, muy similar al defendido por Serbia y Croacia, impone grandes concesiones a la parte bosnia, que el presidente Alia Izetbegovic se había resistido a aceptar durante todo el día.

Los presidentes de Croacia y Serbia, Franjo Tudjman y Slobodan Milosevic, abandonaron anoche Ginebra, pero se declararon dispuestos a volver en caso de necesidad. Ambos expresaron su optimismo. El primero aseguró que este acuerdo "facilita el camino para la solución global que se necesita para la antigua Yugoslavia", mientras el segundo se mostró "muy contento por el gran éxito alcanzado". El líder serbio de Bosnia, Radovan Karadzic, expresó la esperanza que "a partir de mañana o pasado mañana, ya nadie morirá en la antigua Bosnia".Menos entusiasta se mostró, por supuesto, el propio Izetbegovic, quien aseguró que " todavía no hay nada firmado". El presidente bosnio recalcó que el acuerdo debe ser ratificado todavía por el Parlamento de su república. A esta incertidumbre se añade otra, reconocida por todos: la negociación sobre la delimitación exacta de las fronteras, que va a empezar ahora.

Durante todo el día, Izetbegovic se había negado en redondo a aceptar el texto, que prevé la creación de tres Estados con ciudadanía y Constitución propias, e identidad internacional para establecer acuerdos por separado con otros Estados.

Los presidentes Slobodan Milosevic y Franjo Tudjman habían indicado, por su parte, que si la parte bosnia volvía a resistirse al plan presentado por los mediadores y aceptado por ellos, abandonarían Ginebra, dado que a ambos les urgía retomar a sus respectivas capitales.

A última hora, acudió al Palacio de las Naciones, sede de la conferencia, el enviado especial del presidente norteamericano Bill Clinton, el embajador Reginald Bartholornew, quien según algunas fuentes dio garantías de seguridad a Izetbegovic y a los escépticos en la presidencia para que aceptaran el acuerdo.

Presiones masivas

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Las presiones desde todos los frentes fueron masivas sobre aquéllos que en la presidencia aún se negaban a firmar, por temor a que la pequeña república musulmana represente tan sólo una fase transitoria hacia la total aniquilación del Estado de mayoría musulmana en los Balcanes.

El plan presentado por los mediadores internacionales, que, según reconoció el líder de los serbios bosnios, Radovan Karadzic, "se diferencia muy poco" del que él había presentado, hace desaparecer en la práctica todas las competencias centrales y condena a la república bosnia de mayoría musulmana a una precaria e inerme existencia, siempre a merced de las otras dos repúblicas emergentes.

Los órganos centrales, según el plan, sólo tendrán competencias en materia de relaciones internacionales y comercio exterior, así como sobre el funcionamiento de las instituciones comunes, como el Parlamento, compuesto, según el plan, por 180 representantes, de los que cada república aportará un tercio. A estas competencias mínimas, Izetbegovic pretendía añadir, por lo menos, la ciudadanía, el sistema fiscal, la política económica y las infraestructuras.

Sin moneda común, esa entelequia de Estado no será interlocutor ante los organismos internacionales, y las repúblicas emergentes podrán solicitar su ingreso como miembros de las Naciones Unidas. Mientras, el Estado bosnio asumirá la herencia del Estado actual de Bosnia.

El plan de los mediadores prevé que las tres repúblicas sean desmilitarizadas. Con la república serbia emergente fronteriza con Serbia y la croata con Croacia, ambas tendrán acceso al suficiente armamento para hacer desaparecer en días, si no horas, a la pequeña república bosnia.

La ciudadanía de Bosnia-Herzegovina dejará de existir para dar paso a la de las tres repúblicas emergentes. La llamada Unión, al margen de un Parlamento, un presidente rotatorio y un primer ministro sin competencias definidas, no tendrá órganos ejecutivos de ningún tipo. Los corredores hacia el mar en la ciudad bosnia de Neum, sin un puerto digno de tal nombre, y hasta el rio Sava en el norte, estarán supuestamente bajo dominio de esta Unión, sin que nadie especifique cómo ésta va a ejercer el control sobre zonas firmemente bajo control militar de las fuerzas croatas y serbias.

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