LA NUEVA LEGISLATURA

Las disputas internas obligan al PSOE a disolver el partido en Alzira

La pugna entre lermistas -afines al aparato del partido de los socialistas valencianos (PSPV-PSOE), que dirige Joan Lerma- y blasquistas -partidarios de los hermanos Blasco, con gran poder de convocatoria en la comarca valenciana de La Ribera- ha obligado a la ejecutiva federal socialista a disolver la agrupación local de Alzira y a anular la militancia. La operación diseñada por el partido incluye el nombramiento de una gestora para reconducir la situación, que acabará definitivamente con el poder de los Blasco en la segunda comarca en importancia dentro del partido.

El secretario gene...

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La pugna entre lermistas -afines al aparato del partido de los socialistas valencianos (PSPV-PSOE), que dirige Joan Lerma- y blasquistas -partidarios de los hermanos Blasco, con gran poder de convocatoria en la comarca valenciana de La Ribera- ha obligado a la ejecutiva federal socialista a disolver la agrupación local de Alzira y a anular la militancia. La operación diseñada por el partido incluye el nombramiento de una gestora para reconducir la situación, que acabará definitivamente con el poder de los Blasco en la segunda comarca en importancia dentro del partido.

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El secretario general de los socialistas valencianos, Joan Lerma, destituyó en diciembre de 1989 a Rafael Blasco de su puesto de consejero de Obras Públicas de la Generalitat por su presunta implicación en unas irregularidades denunciadas en su departamento. La censura política al exconsejero provocó el conflicto del PSOE en la comarca de La Ribera, feudo de los hermanos Blasco. Para neutralizar su poder, el aparato del partido, que controla Joan Lerma, forzó un proceso congresual extraordinario que acabó con la celebración de dos congresos paralelos y la elección de dos ejecutivas, una por parte de los blasquistas y otra de los lermistas.Tras numerosos conflictos -incluida una moción de censura, apoyada por los concejales lermistas, que desbancó al entonces alcalde de Alzira, Francisco Blasco, hermano de Rafael, la ejecutiva federal decidió esta semana disolver la agrupación en la capital de La Ribera y nombrar una gestora para refundar la organización.

La decisión de la ejecutiva federal de disolver la agrupación de Alzira deja por ahora sin militantes socialistas a la capital de La Ribera. Las personas que quieran obtener la militancia tendrán que pedir el alta de forma individual y será la gestora la que decidirá al respecto. Fuentes del partido aseguraron el miércoles que "lo más probable es que las peticiones de ingreso de los militantes del sector blasquista queden aparcadas", y que, "en el mejor de los casos, los blasquistas obtendrán el ingreso una vez elegida la nueva ejecutiva local, de mayoría lermista".

Joan Lerma afirmó ayer que, tras la designación de la gestora -cuyos componentes serán pro-, puestos hoy por la ejecutiva del PSPV-PSOE a la ejecutiva federal, que deberá aprobarla-, se hará un censo de la agrupación "y, a partir de ahí" empezará a funcionar normalmente" el partido. "Así es como está diseñado y así tiene que acabar", dijo el secretario general respecto a las intenciones anunciadas desde la ejecutiva nacional de poner dificultades para el reingreso de los blasquistas.

'Caso Calpe'

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Rafael Blasco fue destituido en relación con el caso Calpe, que acabó en sentencia condenatoria para dos funcionarios de la Consejería de Obras Públicas, un agente inmobiliario y un empresario por un intento frustrado de soborno de 300 millones a cambio de una ventajosa recalificación de terrenos en Las Salinas de Calpe (Alicante). Lerma manifestó el día de la destitución, el 28 de diciembre de 1989, estar convencido de la inocencia de Blasco, quien no fue citado ni como testigo en la vista oral del caso Calpe. El Tribunal Supremo confirmó la sentencia de Valencia.

Casi simultáneamente comenzó a tramitarse el llamado caso Blasco, del que el Supremo acaba de confirmar la absolución dictada ya en Valencia. El fiscal acusaba a los implicados, entre ellos el ex consejero, de intentar manipular una subasta de suelo público para que una empresa francesa se adjudicara el terreno por un precio muy inferior al del mercado.

Al preguntarle qué piensa hacer tras la sentencia del Supremo, Lerma dijo: "No pienso hacer nada. [La sentencia] no declara la inocencia de nadie, declara la ilegalidad de las pruebas. No tengo que rehabilitar a nadie".

Por el contrario, Rafael Blasco reclamó volver a la política activa dentro de las filas del PSOE y pidió una reparación moral por todos los sufrimientos que le ha causado su situación en los últimos tres años. De Joan Lerma afirmó, sin citarle, que debería tener "la dignidad suficiente para reconocer que se ha equivocado".

El secretario de organización de los socialistas valencianos, Alberto Pérez Ferré, aseguró ayer, en referencia a la absolución judicial de Rafael Blasco, que "cualquier militante tiene las puertas abiertas para trabajar en política", aunque advirtió que la agrupación socialista de Alzira está disuelta y que Rafael Blasco tendrá que volver a solicitar el ingreso en el partido.

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