Rocard invita a los socialistas franceses a emprender la reconquista del poder

El después de Mitterrand del socialismo francés nació ayer en Lyón. También la larga marcha de la izquierda para reconquistar el apoyo de la mayoría de los franceses. "No tenemos derecho a preferir la comodidad de oposición a los remordimientos del poder" dijo Michel Rocard a los 3.800 militantes y simpatizantes que, durante tres días, habían participado en los Estados Generales del Partido Socialista (PS). Éstos le aclamaron como su líder.

Rocard saboreó su revancha histórica frente al mitterrandismo cuando al término de su discurso de clausura de los Estados Generales hizo con ...

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El después de Mitterrand del socialismo francés nació ayer en Lyón. También la larga marcha de la izquierda para reconquistar el apoyo de la mayoría de los franceses. "No tenemos derecho a preferir la comodidad de oposición a los remordimientos del poder" dijo Michel Rocard a los 3.800 militantes y simpatizantes que, durante tres días, habían participado en los Estados Generales del Partido Socialista (PS). Éstos le aclamaron como su líder.

Rocard saboreó su revancha histórica frente al mitterrandismo cuando al término de su discurso de clausura de los Estados Generales hizo con ambas manos el signo de la victoria. Puestos en pie, los representantes de las bases socialistas dedicaron una prolongada ovación al hombre que les acababa de ofrecer la oportunidad de reunirse, evitar las querellas fratricidas, superar los traumas de la derrota electoral del pasado marzo y comenzar el camino hacia el regreso al poder."El socialismo vuelve y los franceses necesitan saberlo, porque han podido constatar en los últimos tres meses las amenazas que representa la derecha para la solidaridad, la escuela y los derechos humanos", dijo Rocard. "¿Quién decía que ya no hay diferencias entre la derecha y la izquierda?". Rocard añadió: "No tenemos derecho a abandonar Francia a un primer ministro [Edouard Balladur] que no sabe dónde va".

Rocard situó en la lucha contra el paro el horizonte inmediato del socialismo francés. Rechazó de plano dos posibles recursos para crear empleo: el sacrificio de la seguridad social y la tentación proteccionista en materia comercial. Su fórmula fue la creación de lo que llamó "empleos con alto valor social añadido". Citó como ejemplos la asistencia a niños y ancianos, la reconstrucción de los suburbios y la protección del medio ambiente.

Reducir gastos

"¿Cómo podemos financiar todo eso?", se preguntó. "En primer lugar reduciendo los gastos de la seguridad social. Abusar de las visitas médicas o el consumo de medicamentos es favorecer el paro", respondió. "En segundo lugar, redistribuyendo. No se trata de crear nuevos impuestos o de subir los existentes, sino de dar una dedicación diferente a los avances de la productivad. Hay que decir claramente que se impone una estabilización de las rentas del capital y del trabajo, de manera que todos los incrementos de productividad se dediquen a la creación de empleos".

Rocard reafirmó que el europeísmo es el objetivo común de los socialistas del Viejo Continente, pero se declaró partidario de "reintroducir él conflicto político en la construcción europea". La izquierda, dijo, no debe oponerse a la importación de mercancías asiáticas o americanas, sino exigir que se exporten las exigencias europeas en materia de derechos económicos y sociales de la persona. La derecha ultraliberal, por el contrario, propone, según Rocard, "una Europa económicamente poderosa basada en nuestra tecnología, la protección social del Sudeste asiático y los salarios de América Latina".

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Los Estados Generales han marcado, según Rocard, el renacimiento de una izquierda "menos arrogante que en el pasado, pero más combativa de lo que piensa la derecha". El ex primer ministro se unió a la inmensa mayoría que había expresado su deseo de no cambiar de denominación. "El termino socialismo", dijo, "viene del latín socius, que significa aliado, asociado. El so cialismo es querer un mundo en el que el hombre no sea un lobo para el hombre, sino un socius"

Con la moral de nuevo en alza, millares de socialistas abandonaron ayer Lyón, no sin que al término de su congreso muchos de ellos rindieran homenaje al pasado cantando La Internacional.

Las esperanzas de los socialistas no son infundadas. Una encuesta de Le Nouvel Observateur revela que el 53% de los franceses creen que la izquierda "volverá al poder en los próximos años". Por el momento, el gaullista Edouard Balladur, que mañana cumplirá sus primeros 100 días al frente del Gobierno, sigue siendo muy popular, pero los sondeos de opinión confirman el comienzo de la erosión de su estado de gracia.

El paro

El paro no ha dejado de crecer bajo el gobierno de Balladur, y el primer ministro, como reiteró ayer en la televisión, es muy consciente de que será juzgado por su actitud para atajar esa progresión.

Rocard ya ha conseguido algo que parecía imposible: evitar que el PS estalle en múltiples facciones. Lo ha hecho a costa de poner en sordina su propia carrera presidencial. A Rocard no se le ve nada inquieto por el hecho de que su camarada Jacques Delors esté mejor colocado que él en las encuestas como futuro aspirante de la izquierda a la jefatura del Estado. Rocard ejerce ahora el papel de jefe del principal partido de la oposición y, según se ha Comprobado en Lyón, con tanta eficacia como satisfacción personal.

Si el PS sigue unido y mejora sus resultados en las elecciones europeas de 1.994, la ruta hacia el Elíseo volverá a despejársele a Rocard.

Europa sí, pero más social y política

J. V. El Partido Socialista (PS) francés celebrará el próximo octubre un congreso constituyente que basará sus trabajos en el texto aprobado ayer a mano alzada por 2.665 delegados frente a 111. Los otros no participaron en la votación o se abstuvieron.

En ese congreso constituyente depositan sus esperanzas los elefantes socialistas callados en Lyón, y en particular Laurent Fabius. El ex primer secretario, defenestrado por Michel Rocard tras la derrota en las legislativas, los mitterrandistas y los partidarios de Jacques Delors librarán en octubre una feroz batalla contra Rocard, ganador ayer por aclamación de la primera fase de la reconstrucción de la izquierda.

Uno de los hechos significativos de la asamblea de Lyón fue que François Mitterrand no envió ningún mensaje. Rocard no citó nunca al presidente socialista, y Pierre Mauroy, que sí lo hizo, tuvo que pedir explícitamente el aplauso de la asistencia.

El texto aprobado ayer mantiene el nombre de PS, proclama que el empleo es la primera prioridad de la política económica, da varias pistas para luchar contra el paro, reafirma que debe mantenerse un elevado nivel de protección social, postula una política voluntarista de integración de los inmigrantes, se declara por un reequilibrio de los poderes a favor del Parlamento y cita a comunistas, ecologistas y radicales de izquierda como aliados potenciales. Los socialistas quieren reforzar Europa, pero afirman que "Maastricht es una etapa que debe ser superada". "No es la Europa de los mercaderes la que nos hace soñar, sino la Europa social y política", dice el texto.

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El presidente francés, François Mitterrand, anunció ayer que Francia mantendrá su moratoria sobre ensayos nucleares con la condición de que sea "universal y verificable". Francia también se ha pronunciado a favor de una prorroga ilimitada del Tratado de No Proliferación Nuclear AFP

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