Solana aprovecha la visita del Rey para "vender" a Turquía el acuerdo sobre Bosnia

Javier Solana, el ministro español de Asuntos Exteriores, y su homólogo turco, Hikmet Cetin, no están de acuerdo. El primero cree que el compromiso alcanzado la semana pasada en Washington abre la vía a la apilicación paulatina del plan de paz para Bosnia-Herzegovina; el segundo teme, en cambio, que aleje aún más la pacificación de aquella república ex yugoslava, poblada mayoritariamente por musulmanes. De ahí que el Gobierno de Ankara sea especialmente sensible a la suerte que corren sus correligionarios agredidos por serbios y croatas.

Las autoridades turcas esperaban con gran interés...

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Javier Solana, el ministro español de Asuntos Exteriores, y su homólogo turco, Hikmet Cetin, no están de acuerdo. El primero cree que el compromiso alcanzado la semana pasada en Washington abre la vía a la apilicación paulatina del plan de paz para Bosnia-Herzegovina; el segundo teme, en cambio, que aleje aún más la pacificación de aquella república ex yugoslava, poblada mayoritariamente por musulmanes. De ahí que el Gobierno de Ankara sea especialmente sensible a la suerte que corren sus correligionarios agredidos por serbios y croatas.

Las autoridades turcas esperaban con gran interés a Solana, que estuvo a punto de cancelar su viaje a Ankara para acompañar a los Reyes. Deseaban conocer de primera mano lo acordado el sábado en la capital de Estados Unidos entre los ministros de Asuntos Exteriores de EE UU, Rusia, Francia, Reino Unido y España para poner fin a la guerra. Lo que les contó Solana no acabó de convencerles."Tenemos diferencias de opinión con Turquía, pero sin dogmatismos", reconoció Solana al término del almuerzo con Cetin. A continuación hizo de nuevo una enfervorizada defensa del programa adoptado en Washington , sobre el que se hacen comentarios infundados". "Allí intentamos dar un empujón en la dirección del plan de paz".

Cetin, por su parte, reiteró que aquel acuerdo supone "una pérdida de tiempo".y "no conduce a una solución duradera". Hace además la vista gorda ante las conquistas territoriales serbias al tiempo que alienta a los croatas. Pidió, por último, el levantamiento del embargo de armas a los musulmanes bosnios, en situación de inferioridad frente a sus adversarios. "No queremos que la gente se mate equilibradamente", replicó Solana.

Tras pasar algo más de 24 horas en Ankara, Solana dejó de acompañar a los Reyes, que efectúan su primera visita a Turquía. Abandonó la comitiva real para cenar anoche en Ginebra con el mediador comunitario en el conflicto yugoslavo, David Owen, copatrocinador de un plan de paz que lleva su nombre. La entrevista en Suiza forma parte de una serie de contactos que mantiene Owen en los que, presumiblemente, expondrá sus dudas sobre la oportunidad de seguir desempeñando el mismo papel. "No debe abandonar", recalcó Solana. Asistió también a la cena el nuevo mediador de la ONU, el noruego Thorvald Stoltenberg.

A pesar de las críticas de Cetin, la moderación de Turquía ante la guerra que asola a Bosnia es apreciada por la Comunidad Europea. El Rey alabó su "prudencia y sentido de la responsabilidad" en la cena de gala que le ofreció el martes el presidente turco, Suleimán Demiriel. Después resaltó que España se sentía también "profundamente conmovida" por aquella tragedia y subrayó: "En ningún caso la sociedad internacional puede admitir que los conflictos se solucionen mediante la imposición de la fuerza o la violencia".

Aviones españoles

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Acompañado por Demirel el monarca visitó ayer por la mañana, en Murted, a 30 kilómetros de Ankara, la fábrica aeronáutica turca donde se han empezado a montar 52 aviones españoles CASA CN-235, en el marco de un contrato por importe de 83.000 millones de pesetas firmado en 1990.

Al término de la visita se hizo una brevísima exhibición aérea del aparato español y otras dos, mucho más largas, del cazabombardero norteamericano F-16 y del avión-escuela italiano Agusta SF 260 D, que también se coproducen allí.

"Parece que nos quieren vender el F-16", bromeaba un miembro del séquito real entre: dos pasadas rasantes y ensordecedoras del caza estadounidenses. En absoluto desanimado por las espectaculares acrobacias del F-16, don Juan Carlos insistió ante los 14 ingenieros y administrativos de CASA destinados en Murted en la importancia de "la proyección industrial y tecnológica de este programa, que representa un nuevo reconocimiento internacional de la capacidad creativa española".

"Por tanto", concluyó el monarca en las breves palabras que pronunció en el jardín de la residencia del embajador, "os aliento a todos los que perteneceis a CASA [la empresa aeronautica española] a que os superéis en vuestro trabajo, cuyos resultados pueden abrir otras perspectivas tan necesarias en el mundo que nos toca vivir, donde la competencia y la exportación, son claves fundamentales del quehacer de los países industrializados".

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