La aviación iraní bombardea posiciones de los rebeldes 'muyahidin' en el suelo de Irak

La aviación iraní bombardeó ayer posiciones rebeldes en territorio iraquí, en una acción relámpago que agudizó dramáticamente la tensión entre Bagdad y Teherán. Un parco informe militar iraquí dijo que seis cazabombarderos iraníes atacaron "objetivos próximos a los pueblos de Yalula y Al Jalis", al noreste de Bagdad y a unos 90 kilómetros de la frontera con Irán. El parte no mencionó que la fuerza rebelde iraní Muyahidin al Jalq (Luchadores del Pueblo) tiene bases en las inmediaciones de ambas aldeas. El jefe del Parlamento iraní, por su parte, confirmó los ataques aéreos contra los...

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La aviación iraní bombardeó ayer posiciones rebeldes en territorio iraquí, en una acción relámpago que agudizó dramáticamente la tensión entre Bagdad y Teherán. Un parco informe militar iraquí dijo que seis cazabombarderos iraníes atacaron "objetivos próximos a los pueblos de Yalula y Al Jalis", al noreste de Bagdad y a unos 90 kilómetros de la frontera con Irán. El parte no mencionó que la fuerza rebelde iraní Muyahidin al Jalq (Luchadores del Pueblo) tiene bases en las inmediaciones de ambas aldeas. El jefe del Parlamento iraní, por su parte, confirmó los ataques aéreos contra los muyahidin en el curso de una rueda de prensa. "Les perseguimos y bombardeamos el lugar del que sabemos que han partido", dijo.El ataque iraní ha sido la respuesta más fuerte de Teherán desde que una ofensiva aérea en abril del año pasado desbarató las bases rebeldes próximas a la aldea fronteriza de Ashras. Las operaciones de ayer ocurrieron tras una serie de ataques y escaramuzas fronterizas lanzados por los muyahdin y su brazo armado, el llamado Ejército de Liberación Nacional, que ha jurado derrocar al régimen islámico instaurado en Irán por el ayatolá Jomeini en 1979. Teherán ha admitido que algunas de las acciones de sabotaje de los rebeldes, entre ellas la reciente voladura de un oleoducto en el sureste iraní, han provocado graves daños.

"Al maligno liderazgo de Teherán habría que recordarle ciertas lecciones del pasado y recordarle a lo que conducen esas agresiones", reza un comunicado difundido en Bagdad, en obvia referencia a la invasión iraquí, que en 1980 desató la guerra entre esos dos países.

Anoche no se conocían datos precisos sobre bajas, pero el mayor efecto de los bombardeos ha sido político: los viejos rivales del golfo Pérsico, que libraron una lenta guerra entre 1980 y 1988, han abierto un nuevo capítulo de hostilidades, hasta el momento verbales.

Irán acusa a Bagdad de fomentar incursiones de los rebeldes para provocar una desestabilización política ante las elecciones presidenciales iraníes anunciadas para el 11 de junio. Irak, por su parte, acusa a Teherán de armar a los kurdos iraquíes, que desafían a Sadam Husein en el norte y de apoyar firmemente a los rebeldes shiíes atrincherados en los pantanos del sur.

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