"España no sabe aprovechar bien sus reservas de agua subterránea"

"Catorce millones de niños mueren cada año en el mundo por problemas elementales como diarreas. Resulta absurdo que esto siga pasando a finales del siglo XX Además, 1.500 millones de personas padecen enfermedades relacionadas con la degradación del medio ambiente". Así de fuerte habla Irina Cech. La contaminación del aire y sobre todo de las aguas está detrás de esas dolencias. Cech va. directamente al caso concreto. Lo que más le duele es el sufrimiento de la población infantil: "Eslovaquia tiene las tasas más altas de Europa de cáncer de hígado. Las industrias, a veces instaladas justo al la...

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"Catorce millones de niños mueren cada año en el mundo por problemas elementales como diarreas. Resulta absurdo que esto siga pasando a finales del siglo XX Además, 1.500 millones de personas padecen enfermedades relacionadas con la degradación del medio ambiente". Así de fuerte habla Irina Cech. La contaminación del aire y sobre todo de las aguas está detrás de esas dolencias. Cech va. directamente al caso concreto. Lo que más le duele es el sufrimiento de la población infantil: "Eslovaquia tiene las tasas más altas de Europa de cáncer de hígado. Las industrias, a veces instaladas justo al lado de las guarderías, y todo su vertido de residuos al Danubio parece ser la causa".Sobre los países que formaron el bloque de la Europa del Este, Irina Cech cree que han tenido un aprendizaje muy duro, que la lección está siendo cruel: "Quisieron el desarrollo industrial a toda costa, fuera como fuera, sin tener en cuenta la naturaleza. Y el despertar ha sido muy rudo. Ahí está Chernóbil, por ejemplo, cuyos efectos de la radiactividad expandida por ríos y mares aún no se conoce'. Ha sido un caso de manual, un ejemplo de libro de texto sobre lo que no se debe hacer".

Irina Cech, que ha estado esta semana en Madrid y Barcelona, analiza también la situación en Latinoamérica: "En México, en la línea fronteriza con Estados Unidos, el nivel de deterioro del entorno es enorme, porque se ha instalado mucha más gente de la que los recursos naturales pueden sostener en la zona. "No tienen agua ni para lavarse las manos. Tampoco ningún tipo de alcantarillado y depuración de aguas residuales. En la parte sur de río Grande existe una gran preocupación porque han surgido dos grandes afecciones: nacen muchos niños con espina bífida o anencefálicos, sin cerebro. Es muy grave. Y los pediatras locales se inclinan por pensar que la raíz del problema está en los residuos tóxicos vertidos".

Como resumen del gran problema de la contaminación ambiental y de la falta de calidad de las aguas, Irina Cech expone el caso más sangrante: "El cólera, que estaba prácticamente erradicado desde finales del siglo pasado, ya afecta a toda Latinoamérica".

Cuando se le pregunta insistentemente qué piensa de las grandes obras hidráulicas, confiesa diplomáticamente que hay que conocer los detalles; pero intuye que las grandes presas en el Danubio pueden originar conflictos políticos internacionales. Del caso español y el Plan Hidrológico Nacional, dice que no quiere ser malinterpretada por los españoles, que no viene con afán de crítica y cátedra, "pero creo que ustedes no saben aprovechar lo suficiente las enormes reservas de agua que existen en los acuíferos terciarios". En esto coincide con diversos catedráticos de Hidrogeología en España, como Ramón Llamas, que considera que la Administración no se plantea en serio el ordenamiento y aprovechamiento de las aguas subterráneas.

Ella es partidaria de la prevención y del conocimiento profundo antes de lanzarse a cualquier obra: "Es necesario conocer perfectamente estas reservas, contar con una cartografia del agua muy detallada e investigar con mucho rigor las técnicas de extracción para evitar su sobreexplotación o su salinización. Esto hay que hacerlo con muchísimo cuidado. Pero existen ya las técnicas adecuadas.

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