El paro agrava la salud del individuo, según un estudio de Comisiones Obreras

Los grupos sociales con mayores tasas de desempleo tienen también tasas de enfermedad y mortalidad más elevadas, según revela un informe elaborado por el departamento de Salud Laboral del sindicato Comisiones Obreras (CCOO). La precarización de las condiciones de vida que acarrea el paro incide directamente en la salud del individuo: nutrición, educación, condiciones de la vivienda y otros factores determinantes en la salud empeoran en el colectivo de desempleados."Estamos en condiciones de afirmar que el incremento en un millón de parados provocará en los próximos cinco años 167.000 muertes p...

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Los grupos sociales con mayores tasas de desempleo tienen también tasas de enfermedad y mortalidad más elevadas, según revela un informe elaborado por el departamento de Salud Laboral del sindicato Comisiones Obreras (CCOO). La precarización de las condiciones de vida que acarrea el paro incide directamente en la salud del individuo: nutrición, educación, condiciones de la vivienda y otros factores determinantes en la salud empeoran en el colectivo de desempleados."Estamos en condiciones de afirmar que el incremento en un millón de parados provocará en los próximos cinco años 167.000 muertes por causas cardiovasculares más de los previsibles, 50.000 muertes más por otras causas y 63.900 ingresos en hospitales psiquiátricos", añade el informe.

Déficit de proteínas

La disminución de los ingresos económicos, dada la insuficiencia de las prestaciones y ayudas asistenciales -según el estudio-, provocan un abaratamiento de la alimentación que se traduce en un déficit de proteínas. Además, imposibilita mantener niveles adecuados de comodidad, temperatura e higiene en la vivienda.La desocupación del individuo también se traduce, según el estudio, en efectos psicológicos indeseables. El trabajo estructura el tiempo diario de las personas y facilita las relaciones humanas, sin contar con la importancia para la autoestima de recibir remuneración por el ejercicio de actividades y habilidades aprendidas y de disfrutar del ocio y las vacaciones como algo merecido. El desempleo es un factor, pues, "alienante" del individuo, que pierde referencia de su posición en la sociedad y se encuentra en la necesidad de adecuar su relación familiar a las nuevas circunstancias de precariedad.

Todos estos efectos se traducen, según el estudio, en un aumento de la ansiedad y síndromes depresivos, además de enfermedades psicosomáticas como úlceras y asma. La vulnerabilidad psíquica del parado puede provocar también cambios de hábitos que afectan muy directamente en la salud, como la alteración de las costumbres dietéticas, el tabaquismo o el insomnio.

Así, según un estudio realizado en diferentes barrios de Madrid, el 35% de los parados de más de seis meses presentan alteraciones del sistema nervioso y el 43% sufre molestias digestivas. Además, en poblaciones de más de 50.000 habitantes con tasas de paro de más de un 10%, se observa un aumento en el consumo de psicofármacos de más del 18% respecto de estapas de estabilidad económica.

La incidencia del desempleo en la vida familiar se traduce también en las estadísticas. Según el informe, el 48% de los niños que viven en zonas de alto paro tiene retraso escolar de un año, y sólo uno de cada cuatro hijos de parados sigue un ritmo normal en el colegio.

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