La novelista irlandesa Iris Murdoch, doctora 'honoris causa' por la Universidad de Alcalá

La novelista y filósofa irlandesa Iris Murdoch (Dublín, 1919) recibió ayer el doctorado honoris causa por la Universidad de Alcalá de Henares con un discurso sobre, la necesidad de recuperar los estudios humanísticos y los problemas -la ecología, la lucha por la libertad en el Tercer Mundo- que asaltan a la humanidad en el final del siglo XX."Yo nací al término de la I Guerra Mundial, en la que mi padre, combatió, y entonces creímos que ya habíamos tenido bastante. Pero estalló la II Guerra Mundial y volvimos a confiar, pero con más escepticismo. El final del siglo nos ha mostrado que t...

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La novelista y filósofa irlandesa Iris Murdoch (Dublín, 1919) recibió ayer el doctorado honoris causa por la Universidad de Alcalá de Henares con un discurso sobre, la necesidad de recuperar los estudios humanísticos y los problemas -la ecología, la lucha por la libertad en el Tercer Mundo- que asaltan a la humanidad en el final del siglo XX."Yo nací al término de la I Guerra Mundial, en la que mi padre, combatió, y entonces creímos que ya habíamos tenido bastante. Pero estalló la II Guerra Mundial y volvimos a confiar, pero con más escepticismo. El final del siglo nos ha mostrado que todas esas cuestiones siguen todavía pendientes", aseguró.

Cuando subió al estrado para pronunciar su discurso, Murdoch se mantuvo alejada del micrófono, por lo que sus breves palabras resultaron difíciles de escuchar para los presentes. La escritora se mostró muy crítica con el actual sistema educativo y señaló que la juventud ha perdido el hábito de la lectura frente a los mensajes audiovisuales. El hecho de que en algunas escuelas británicas ya no se estudie a Shakespeare o se haya relegado la enseñanza de la historia y de la gramática le parece extremadamente grave. "El buen arte es una escuela de amor", señaló.

La escritora hizo una referencia a la Universidad de Oxford, en la que fue profesora de Filosofía entre 1948 y 1963, y señaló que la enseñanza, el estudio de la filosofía, tiene que servir para mirar "con fuerza al mundo, que se presenta misterioso e irreductible".

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