Renfe y sindicatos negocian reducir un absentismo que le cuesta al la empresa 10.000 millones al año

La dirección de Renfe y los sindicatos están dispuestos a arbitrar medidas, en la negociación del convenio colectivo de este año, para reducir el absentismo laboral en la empresa. La compañía estima en 10.000 millones de pesetas anuales las pérdidas ocasionadas por este concepto. Renfe, según su dirección, soporta un índice de absentismo en su plantilla de 42.000 empleados, que se encuentra entre uno y dos puntos por encima de la media de las empresas españolas, que es del 5%.

La compañía que preside Mercé Sala ha propuesto, en el marco de la negociación del X Convenio Colectivo, "elimi...

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La dirección de Renfe y los sindicatos están dispuestos a arbitrar medidas, en la negociación del convenio colectivo de este año, para reducir el absentismo laboral en la empresa. La compañía estima en 10.000 millones de pesetas anuales las pérdidas ocasionadas por este concepto. Renfe, según su dirección, soporta un índice de absentismo en su plantilla de 42.000 empleados, que se encuentra entre uno y dos puntos por encima de la media de las empresas españolas, que es del 5%.

La compañía que preside Mercé Sala ha propuesto, en el marco de la negociación del X Convenio Colectivo, "eliminar todos los complementos a cargo de la empresa durante la incapacidad laboral transitoria (ILT), que sobrepasen lo estipulado en la legislación vigente".Renfe propone también que el disfrute de los tres días de permiso recogidos en convenio dependan del absentismo anual de cada trabajador.

Las centrales sindicales Comisiones Obreras (CC OO) y Unión General de Trabajadores (UGT) rechazan ambas propuestas. Los sindicatos, aunque no descartan la adopción de medidas para acabar con el "absentismo sistemático, vicioso", destacan el elevado número de accidentes que se registra en la compañía y la necesidad de tomar medidas de salud laboral y formación para reducir la siniestralidad en el sector.

Tanto la empresa como los sindicatos están dispuestos a alcanzar un acuerdo que sirva para reforzar el papel de los médicos de la empresa en la supervisión de las bajas laborales.

Diferencias salariales

El absentismo, la movilidad geográfica y funcional y el incremento salarial -Renfe propone un 1,8% y los sindicatos solicitan el IPC más dos puntos para 1993-, son los temas centrales en la negociación colectiva para este año en la compañía ferroviaria. Renfe dedica unos 190.000 millones de pesetas anualmente a pagar los salarios de sus 42.000 empleados.Los sindicatos y la dirección de la compañía ferroviaria han celebrado hasta el momento tres reuniones que han servido para formalizar mesas de negociación y presentar sus respectivas plataformas. Ambas centrales sindicales, CC OO y UGT, han presentado una plataforma conjunta.

La negociación promete ser dura. Renfe, en un documento interno en el que se recogen las líneas maestras para la negociación en marcha, parte de la idea de que "el ferrocarril se encuentra en una encrucijada". "El tren", según se afirma en el documento, "sólo tiene futuro en determinadas líneas de negocio".

Vuelco laboral

Una vez asumidas las dificultades por las que atraviesa el ferrocarril, la dirección pretende dar un vuelco al sistema de relaciones laborales que rigen en la compañía. Renfe quiere una reclasificación de categorías laborales para reducirlas de los dos centenares de la actualidad a unas 80.La compañía también desea dar un papel más relevante a los 3.000 cuadros intermedios de la empresa, así como eliminar las convocatorias de plazas a nivel nacional y conseguir que "cada trabajador realice cualquier función que se le encomiende, siempre que no requiera una cualificación específica distinta a la de su rama profesional o categoría".

Traducido, el objetivo de Renfe es conseguir que los empleados trabajen las ocho horas de jornada con un reglamento menos rígido y compartimentado que el que se encuentra actualmente en vigor.

Además de los puntos mencionados, el director de recursos humanos de la compañía, el ex inspector de trabajo Blas Alascio, ha introducido un punto muy polémico en el documento base de la compañía. Alascio pretende conseguir de los sindicatos "un compromiso específico" que sirva para asegurar la paz entre las partes durante la vigencia del convenio colectivo.

El denominado "deber de paz" no es bien visto ni por CC OO ni por UGT. Ambas centrales, que no se niegan a negociar "acuerdos en frío" antes de recurrir a una convocatoria de huelga, consideran no obstante, que la empresa pretende eliminar cualquier posibilidad de protesta en el caso de que se incumplan o malinterpreten puntos pactados en el convenio.

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