Un comerciante asaltado lleva 11 días esperando a que llegue la policía

"No toque por aquí, que tienen que venir a tomar las huellas". Luis Martínez Melendro, comerciante del barrio de Aluche, lleva 11 días con la misma advertencia: no es cosa de que sus clientes acaben como reos de delito. El pasado 11 de marzo, alguien entró a robar en su tienda de muebles de cocina, y desde entonces espera que la policía vaya a buscar posibles huellas de los ladrones. También desespera: las cosas no se han tocado, pero el enfado del tendero ha crecido hasta extremos insospechables. Por su parte, la policía asegura que ha ido dos veces y que la tienda estaba cerrada.

Ayer...

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"No toque por aquí, que tienen que venir a tomar las huellas". Luis Martínez Melendro, comerciante del barrio de Aluche, lleva 11 días con la misma advertencia: no es cosa de que sus clientes acaben como reos de delito. El pasado 11 de marzo, alguien entró a robar en su tienda de muebles de cocina, y desde entonces espera que la policía vaya a buscar posibles huellas de los ladrones. También desespera: las cosas no se han tocado, pero el enfado del tendero ha crecido hasta extremos insospechables. Por su parte, la policía asegura que ha ido dos veces y que la tienda estaba cerrada.

Ayer por la mañana, Martínez Melendro, de 48 años, hizo un nuevo intento. A las 11.25 volvió a llamar a la comisaría. "Me dicen que ya han venido dos días sobre las diez de la mañana. Lo cierto es que abro a las 10.30 y no he encontrado ningún aviso ni nada. Al final, el policía me ha dicho 'ya estoy harto' y ha colgado. Vamos, que, encima, maleducado", contaba poco después.El comerciante, a estas alturas más agraviado que apesadumbrado, desgrana su pesadilla. "Me robaron el jueves 11 de marzo por la noche. Rompieron una luna para entrar en la tienda. Al día siguiente me fui a poner la denuncia a la comisaría más cercana, la de Los Cármenes. 'Pida la vez', me dijo un policía. Aquello estaba hasta los topes de gente y opté por coger el coche y marcharme a la de mi barrio [Latina]".

Allí le atendieron con relativa celeridad. El comerciante enumeró los objetos robados en su tienda de la calle de Illescas, 193: una máquina de escribir, dos calculadoras, la terminal informática de la Caja de Aliorros que sirve para calcular las ventas a plazos -"y para nada más"-, una televisión en blanco y negro, un grifo y algunos objetos de cerámica. Total, unas 100.000 pesetas de botín, calcula el comerciante. Como dispone de seguro antirrobo, la compañía le cambió la luna el mismo viernes.

"Estoy harto"

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Los policías de Latina le pidieron que no tocara nada hasta que fueran los expertos a tomar las huellas. "Me dijeron que vendrían al día siguiente, sábado. No aparecieron. Llamé el lunes y se disculparon con que habían tenido mucho trabajo. Me prometieron que vendrían el martes 16. Hoy es 22 y ya esto, harto de esperar", afirma el comerciante.

En la Jefatura Superior de Policía pintan las cosas de otra manera. Aseguran que miembros de la unidad científica -encargada de tomar las huellas- acudieron a la tienda los días 13 y 16, sobre las diez de la mañana. "Estaba cerrado", dicen. Su buena disposición, a preguntas de este periódico -"que el denunciante nos marque una hora y un día y nosotros vamos"-, contrasta con el trato que dice haber recibido Martínez Melendro.

El comerciante está dispuesto a ordenar ya mismo los estragos del robo, a borrar las posibles huellas de los cacos: Está convencido de que la policía nunca irá a su tienda de Aluche. "No sé cómo tratarán a los delicuentes, pero a los ciudadanos, a baquetazos", dice. Es un ciudadano escéptico: en sus 15 años de comerciante ha sufrido "cuatro o cinco robos". "Nunca me han llamado para decirme 'emos encontrado a los culpables'. Pero esto ya es demasiado".

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