Desconcierto socialista por la estrategia del jefe del Gobierno

La dirección del PSOE y del Grupo Socialista no han reaccionado todavía a la impresión que les produjo escuchar el jueves al jefe del Gobierno, Felipe González, hablar sobre la necesidad de cambiar aspectos de la ley de huelga. Los negociadores de la ley, habían acordado modificaciones hace diez días con el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y el secretario de organización, Txiki Benegas, que iban a ser explicadas "con suavidad" a los sindicatos antes de presentar las enmiendas correspondientes en el Senado. Las declaraciones del presidente han echado por tierra la estrategia de "d...

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La dirección del PSOE y del Grupo Socialista no han reaccionado todavía a la impresión que les produjo escuchar el jueves al jefe del Gobierno, Felipe González, hablar sobre la necesidad de cambiar aspectos de la ley de huelga. Los negociadores de la ley, habían acordado modificaciones hace diez días con el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, y el secretario de organización, Txiki Benegas, que iban a ser explicadas "con suavidad" a los sindicatos antes de presentar las enmiendas correspondientes en el Senado. Las declaraciones del presidente han echado por tierra la estrategia de "discreción".Horas después de que González, manifestara en la reunión de la Asociacion para el Progreso de la Dirección (APD) que habría que efectuar cambios en la ley de huelga, tanto dirigentes del grupo parlamentario como de la ejecutiva insistían en que debía haber "un error de transcripción", ya que su secretario general no podía haber reabierto la polémica.

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En una reunión celebrada hace 10 días en Moncloa, Serra y Benegas estudiaron las enmiendas relativas a los piquetes y a los servicios mínimos. Posteriormente, con cierto esfuerzo, se convenció a Eduardo Martín Toval y se acordó presentarlas en el Senado al final del periodo de enmiendas, ampliado del 8 al 13 de marzo. Previamente tenían que convencer a los sindicatos de que los retoques no eran fundamentales. Los dirigentes socialistas seguían manteniendo públicamente que "la filosofia de la ley no se cambiaba".

En esta línea estuvo el vicepresidente del Gobierno, Narcís Serra, cuando hace cuatro días dijo que había pedido a "miembros del Gobierno" en referencia al titular de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, que dejaran de hacer declaraciones sobre la ley de huelga.

El desconcierto ha sido absoluto después de que González se mostrara el jueves enfático sobre la necesidad de modificar aspectos de la ley (mencionó expresamente los piquetes y los servicios mínimos). La dirección del grupo parlamentario y del partido consideraron en un primer momento que quizá González no conocía el contenido exacto de las enmiendas socialistas.

En todas las declaraciones de dirigentes socialistas, tanto del sector renovador como guerrista, se apreciaba la resistencia a reconocer que partido y Gobierno podían incumplir un acuerdo con los sindicatos del que tan ufanos se habían mostrado en las filas socialistas.

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La ministra portavoz, Rosa Conde, afirmó ayer que las modificaciones propuestas por González "son compatibles con el acuerdo alcanzado entre el grupo parlamentario y los sindicatos". "En cualquier caso no afectarán al fondo de la ley", añadió.

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