Izquierda Unida culpa personalmente a González del colosal fracaso" de la economía española

"La cabeza del Bautista no soluciona nada si el rey sigue siendo Herodes". Con tan bíblico argumento, el líder de Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, mostró ayer la disposición de su fuerza a culpar personalmente al presidente del Gobierno, Felipe González -y no sólo a Carlos Solchaga-, del "colosal fracaso el "desastre" y el "hundimiento sin paliativos" de la política económica del Ejecutivo. "No desviemos los tiros. El responsable máximo y el adversario a batir es González. Hay que ir a su cabeza" dijo, Anguita.

El Consejo Político Federal de la coalición aprobó ayer con sólo una abs...

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"La cabeza del Bautista no soluciona nada si el rey sigue siendo Herodes". Con tan bíblico argumento, el líder de Izquierda Unida (IU), Julio Anguita, mostró ayer la disposición de su fuerza a culpar personalmente al presidente del Gobierno, Felipe González -y no sólo a Carlos Solchaga-, del "colosal fracaso el "desastre" y el "hundimiento sin paliativos" de la política económica del Ejecutivo. "No desviemos los tiros. El responsable máximo y el adversario a batir es González. Hay que ir a su cabeza" dijo, Anguita.

El Consejo Político Federal de la coalición aprobó ayer con sólo una abstención el informe presentado por Anguita, que centra el análisis de la situación actual en la crisis económica y la creciente desmovilización social "jalonada por reacciones heroicas de traba adores que luchan por sus empleos". El texto plantea una serie de medidas, muchas de ellas ya conocidas, de reforma del sistema económico, el, Estado y la política.Anguita endureció el tono en su intervención final para replicar a uno de los dirigentes de los renovadores de Nueva Izquierda, Juan Berga, quien había personalizado la política del Ejecutivo en Solchaga. Los renovadores consideran que un giro en la política económica del Gobierno que comenzase por la destitución de Solchaga daría a IU un margen de maniobra para aceptar apoyos al PSOE, con el objetivo de impedir la llegada de la derecha al poder.

Pero la mayoría que respalda a Anguita se opone a plantearse la menor hipótesis de apoyo a los socialistas y el propio coordinador general cerró ayer muchas vías en ese sentido con su andanada directa al jefe del Ejecutivo: "El responsable es González, no nos equivoquemos. Solchaga es lo que es mientras tenga la confianza del amo. Quitarle sería una señal, pero habría que esperar 40 señales más", enfatizó.

Y no fue sólo Anguita: uno de los miembros de la Ejecutiva más próximos a él, Francisco Frutos, se mostró tajante: "Yo no voy a ser nunca el mamporrero del partido socialista".

Este debate se producía a los dos días de conocerse la macroencuesta del CIS, que dibuja por vez primera un escenario posible de un Gobierno de coalición de izquierdas PSOE-IU. Anguita indicó que los 28 diputados que este sondeo atribuye a la coalición -ahora tiene 17- "no están mal para empezar", pero reclamó a sus seguidores que no se conformen con ello y sigan trabajando.

"Los alfiles"

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Anguita, tanto en el texto del informe como en sus dos intervenciones -una al comienzo y otra al final del debate, tras escuchar a 23 miembros del Consejo-, insistió en denunciar los intentos de consolidar el bipartidismo y en su idea de la sustancial identidad de las políticas del PSOE y el PP. Éste es otro de los puntos que alejan a la mayoría de los re novadores. "Ya sé que no son iguales [socialistas y populares]", subrayó el líder izquierdista "pero un alfil de plástico y otro de oro hacen el mismo movimiento en ajedrez".Felipe Alcaraz, secretario general del partido comunista andaluz y otro de los dirigentes más cercanos a Anguita, había ironizado antes: "Lo que separa a González de Aznar es un simple bigote".

El coordinador general recogió las propuestas de quienes le pedían que la coalición sea más explícita en sus críticas al PP no hay que hacer distinciones; leña a los dos"-, pero para apostillar que la crítica que la izquierda haga a los populares insensiblemente irá desgarrando al PSOE".

Pese a las críticas de los renovadores, el coordinador general no encontró una oposición dura. Con todo, el portavoz parlamentario y líder de Nueva Izquierda, Nicolás Sartorius, desdeñó pedir la palabra para replicar a Anguita y abandonó la reunión antes de que se votase el informe.

La estrategia inmediata de los renovadores pasa por "buscar nuevos espacios de encuentro" con la mayoría y con Anguita, por evitar los enfrentamientos, con la vista puesta en las listas electorales. Cada federación elaborará su candidatura, por lo que Nueva Izquierda intenta ya en algunas de ellas -como Madrid- llegar a algún acuerdo con representantes de la mayoría. Uno de los puntos donde la lucha se endurecerá va a ser la cabecera por Sevilla, que hasta ahora ha ocupado Sartorius y que pretende Alcaraz.

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