Brazauskas asegura que Lituania no volverá al pasado comunista bajo su mandato

Los lituanos se volcaron ayer en las urnas para elegir al primer presidente tras la recuperación de la independencia hace dos años. Los primeros resultados conocidos al cierre de esta edición, en la madrugada de hoy, confirman lo que anunciaban todas las encuestas: el triunfo aplastante de Algirdas Brazauskas, líder del Partido Democrático del Trabajo (PLD, ex comunista). Brazauskas, dando por segura su elección, declaró que el triunfo no significará el retorno al pasado comunista.

Los votantes parecían dispuestos a ratificar ayer con creces la opción tomada en las elecciones legislativ...

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Los lituanos se volcaron ayer en las urnas para elegir al primer presidente tras la recuperación de la independencia hace dos años. Los primeros resultados conocidos al cierre de esta edición, en la madrugada de hoy, confirman lo que anunciaban todas las encuestas: el triunfo aplastante de Algirdas Brazauskas, líder del Partido Democrático del Trabajo (PLD, ex comunista). Brazauskas, dando por segura su elección, declaró que el triunfo no significará el retorno al pasado comunista.

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Los votantes parecían dispuestos a ratificar ayer con creces la opción tomada en las elecciones legislativas de octubre y noviembre pasados, que llevó a Brazauskas a la presidencia en funciones. Los primeros resultados facilitados ayer por la Comisión Central Electoral, una vez escrutados 264.000 votos (sobre un total de 2,6 millones de electores) daban un 64% a favor de Brazauskas y un 35% a favor de su, rival, Stasys Lozoraltis, embajador lituano en Estados Unidos.La votación se desarrolló en un clima de gran tranquilidad. Algirdas Brazauskas, que dirige el país desde fines del pasado año, votó a las diez de la mañana (las nueve en España). Llegó a su colegio electoral a pie, sin escolta ni guardaespaldas, acompañado sólo de su esposa, Julya, y tuvo que hacer frente a los numerosos periodistas que le esperaban.

"Mi triunfo no significará una vuelta al pasado", aseguró Brazauskas, quien tuvo que explicar por enésima vez que no es comunista. "Nadie dice de Borís Yeltsin [el presidente de Rusia] que es comunista, aunque nosotros nos separamos. del PCUS (Partido Comunista de la Unión Soviética)cuando él todavía era miembro del Comité Central. Incluso nos criticó, al igual que otros dirigentes soviéticos de la época, por lo que hicimos", señaló el líder laborista recordando el año 1988, cuando el partido comunista local, que encabezaba, se independizó de Moscú.

"El comunismo ha muerto en tierra lituana", agregó, "pero sería injusto que precisamente los que lo enterraron fueran sepultados junto con él". La identificación de Brazauskas con el comunismo es lugar común en la prensa extranjera, pero los lituanos saben que él es un socialdemocráta y que sólo una minoría de los militantes del PLD profesaron el marxismo-leninismo.

"Soy católico y nunca he sido comunista. Pero he votado por Brazauskas", dice Aleksandras, un joven lituano. "En Occidente pensáis que estamos regresando al comunismo y no entendéis que la mejor vacuna contra el régimen marxista es haber vivido bajo él. Así es que no os preocupeis, pues estamos más que vacunados", añade.

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Incluso-Stasys Lozoraitis, actual embajador de Lituania en Washington y candidato a la presidencia de la república, reconoció ayer a pie de urna que el triunfo de Brazauskas "no significará un retorno al comunismo".

En un principio, siete políticos presentaron su candidatura a la presidencia, pero a mediados de enero sólo dos la mantenían: Brazauskas y Lozoraitis.

El diplomático, que ha aglutinado a toda la oposición al PLD (desde los socialistas hasta la ultraderecha), llegó al colegio electoral en taxi, una hora más tarde que su rival, y de inmediato fue rodeado por sus admiradores. Aunque las encuestas lo colocan muy por debajo de Brazauskas, parece tener éxito entre las mujeres. Julya, la esposa de su rival, confesó que votaría por Lozoraitis. "Me gusta más", dijo.

El lema de la campaña electoral de este diplomático lituano, de 68 años, ha sido Libertad, unidad, prosperidad. Ha puesto el acento en la necesidad de reforzar la independencia de Lituania, mientras que su rival ha hablado de cosas más concretas, como, por ejemplo, la desastrosa situación económica en la que el anterior Gobierno, encabezado por el nacionalista Vitautas Landsbergis, dejó al país.

La mala gestión del Gabinete de derecha, que decidió aplicar de golpe recetas de economía de mercado provocando una elevación desmesurada de los precios de los alimentos, fue una de las principales causas del triunfo de la izquierda en las elecciones parlamentarlas del año pasado. Y ahora que el PLD tiene la mayoría absoluta en el Parlamento, son muchos los que se consideran obligados a votar por Brazauskas para darle la oportunidad de realizar su proyecto político y no crear una crisis como la que vive Rusia.

Exigir responsabilidades

"Si dimos al PLD la mayoría en el Parlamento, ahora debemos elegir a Brazauskas para que pueda gobernar. Por lo menos, así sabremos a quién exigir responsabilidades. Y si no saca adelante al país no tendrá excusas como las que ahora da Yeltsin en Rusia", explica Vladimir, un ruso que ha obtenido la ciudadanía lituana.1 El mayor desafío de Brazauskas como presidente será frenar la inflación, que el año pasado casi llegó al 2.000%, y lograr una recuperación de la producción industrial, que en el mismo período descendió en más del 49%.

La mayoría de los lituanos, que este invierno pasan frío por falta de calefacción y agua caliente -Rusia les vende ahora el combustible a precios de mercado, inasequibles para Lituania en estos momentos- confía en que el líder laborista, que tiene una gran experiencia en puestos gubernamentales en el área de la economía, podrá resolver con éxito estos problemas.

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