Polémica en Portugal ante la amenaza de expulsión para miles de inmigrantes

El riesgo de expulsión de decenas de miles de inmigrantes clandestinos provoca una acalorada polémica en Portugal. La mayoría de éstos procede de las antiguas colonias portuguesas de África. La entrada en vigor del Mercado Unico y los acuerdos de Schengen amenaza con devolverlos a sus países de origen. La reciente promulgación de un decreto que prevé la creación de centros de internamiento para los extranjeros en situación irregular y considerados indeseables en el país o en la Comunidad Europea (CE) levanta también duras críticas de la oposición y de organizaciones humanitarias que, como...

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El riesgo de expulsión de decenas de miles de inmigrantes clandestinos provoca una acalorada polémica en Portugal. La mayoría de éstos procede de las antiguas colonias portuguesas de África. La entrada en vigor del Mercado Unico y los acuerdos de Schengen amenaza con devolverlos a sus países de origen. La reciente promulgación de un decreto que prevé la creación de centros de internamiento para los extranjeros en situación irregular y considerados indeseables en el país o en la Comunidad Europea (CE) levanta también duras críticas de la oposición y de organizaciones humanitarias que, como SOS Racismo, acusan al Gobierno de pretender montar "campos de concentración".Según el Ministerio portugués del Interior, había en Portugal en 1990 cerca de 108.000 extranjeros con residencia legal, de los que aproximadamente un tercio son africanos. Los clandestinos son entre 100.000 y 150.000, de acuerdo con varias organizaciones no gubernamentales, en su mayoría africanas y asiáticas.

Está en vigor, hasta el 13 de febrero, una "operación excepcional de legalización de inmigrantes no comunitarios" que debe, en teoría, regularizar la situación de todos los clandestinos con residencia fija, empleo u otro modo de subsistencia y que no fueron condenados a penas superiores a un año de cárcel.

A pesar de la campaña publicitaria lanzada por el Gobierno de Aníbal Cavaco Silva para dar a conocer las ventajas de la legalización y las dificultades que esperan al clandestino que no aproveche esta oportunidad para adquirir el estatuto de residente extranjero, el proceso se desarrolla con extrema lentitud, y a menos de un mes del fin del plazo legal, la policía de extranjeros ha recibido unas 30.000 demandas.

Las asociaciones de inmigrantes han pedido la prolongación del plazo y protestan contra la falta de medios humanos y materiales de que dispone la policía y el exceso de burocracia. Pero el mayor problema parece residir en la falta de adhesión de los propios inmigrantes.

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