Clinton promete al presidente mexicano que el Tratado deI Libre Comercio no será renegociado

El presidente electo norteamericano, Bill Clinton, prometió ayer en Austin (Tejas) que el Tratado de Libre Comercio (TLC) ya pactado y firmado entre -Estados Unidos, México y Canadá no será renegociado. Clinton, que en todo momento se mostró partidario de desarrollar esta alianza comercial, le tendía así la mano al presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, con quien acababa de sostener una entrevista de dos horas, para el inicio de una nueva era de relaciones entre ambos países vecinos, que incluyó entre las altas prioridades de su proyecto político.

El encuentro de Austin, el prim...

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El presidente electo norteamericano, Bill Clinton, prometió ayer en Austin (Tejas) que el Tratado de Libre Comercio (TLC) ya pactado y firmado entre -Estados Unidos, México y Canadá no será renegociado. Clinton, que en todo momento se mostró partidario de desarrollar esta alianza comercial, le tendía así la mano al presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari, con quien acababa de sostener una entrevista de dos horas, para el inicio de una nueva era de relaciones entre ambos países vecinos, que incluyó entre las altas prioridades de su proyecto político.

El encuentro de Austin, el primero y único que Clinton ha programado antes de su toma de posesión el día 20, no resultó ni tan simbólico ni tan prudente en compromisos como se había diseñado. Clinton y Salinas se conocieron ayer, pero pronto entraron en materia política, con coincidencias en aspectos sobre la lucha contra el narcotráfico y el futuro comercial de ambos países, y lo que hasta ese momento eran dudas sobre la política que el presidente electo norteamericano iba a aplicar hacia su vecino latino quedaron pronto disipadas.Clinton, al término del encuentro, anunció que nada más tomar posesión nombrará a un alto funcionario de su Gobierno para llevar directamente las relaciones con México. Los aspectos delicados los tratará él personalmente con Salinas, pero la mecánica, entre la que incluyó el inicio en breve de conversaciones sobre los aspectos críticos del TLC -medio ambiente y protección de los trabajadores norteamericanos-, correrá a cargo de este representante, cuyo nombre no reveló.Texto pactadoEstas conversaciones, según anunció ayer el mandatario estadounidense, no afectarán al texto ya pactado con la administración de George Bush, sino que se desarrollarán al margen de éste. Las conversaciones tienen como fin evitar que algunos aspectos del TLC pongan en peligro los intereses norteamericanos, todo ello en coherencia con el programa electoral de Clinton, quien en otro momento de su intervención recordó, para compensar, que en sólo cinco años el volumen comercial de ambos países ha aumentado de tal manera que EE UU disfruta ahora de un superávit en la balanza comercial de 9.000 millones de dólares.Clinton y Salinas agotaron dos horas de conversaciones, casi treinta minutos más de lo previsto. Ambos comparecieron sonrientes ante la fachada de la Casa de Gobierno de Tejas, un edificio neoclásico y de arquitectura sureña que sirve de morada de la gobernadora Ann Richards, una veterana política demócrata, amiga de México, que no sólo ha ejercido como anfitriona de este encuentro sino que lo ha auspiciado con gran habilidad diplomática. Los primeros agradecimientos de ambos políticos fueron dirigidos con emotividad hacia Richards, a quien en todo momento acompañó el vicepresidente electo Albert Gore, también presente en las conversaciones.Salinas, muy relajado, calificó su primera entrevista con Clinton de "positiva, respetuosa y cordial. Dijo que en el curso de su encuentro con el presidente electo norteamericano se han sentado las bases de una nueva era de relaciones, fundadas en el respeto mutuo, y destacó de su interlocutor una excelente disposición" para que los asuntos discutidos ayer se conviertan pronto en hechos positivos.

Clinton se volcó en elogios hacia Salinas, reveló que desde hace algún tiempo sigue con interés las transformaciones, especialmente económicas, que se están produciendo en México y recordó que siempre había apoyado el TLC, acuerdo que ubicó como instrumento positivo para fortalecer aún más las relaciones y poder trabajar en conjunto. "Salinas contará con mi apoyo", precisó el, presidente electo.

En un momento del encuentro con los periodistas, Clinton dijo que, en dos ocasiones, Salinas le había comentado que su principal deseo es convertir a México en un país moderno, con salarlos altos para sus trabajadores, que evite de una vez ese flujo migratorio hacia el vecino del Norte y que obliga hoy día a muchos mexicanos a tener que ausentarse de su país. El TLC, según Clinton, es un instrumento ideado para crear más empleo en los dos países e incluso un modelo a exportar a otros países latinoamericanos.Primer encuentroLa reunión de Austin, breve y sencilla en cuanto a protocolo, no tuvo el nivel de una cumbre presidencial, pero sí la importancia de ser el primer encuentro político que Clinton sostiene con un mandatario extranjero, en este caso de un país como México, de atención preferente por su vecindad y porque 500 millones de personas atraviesan sus extensas fronteras cada año.

Sólo les faltó cantar 'Amigos para siempre'

La reunión de Austin dejó ayer a todos satisfechos porque no salieron a relucir diferencias y porque tanto Carlos Salinas de Gortari como Bill Clinton se esforzaron en presentar sus asuntos comunes como flor de rosa. Un veterano periodista, sorprendido por el rápido entendimiento de dos mandatarios que hasta ese instante no se habían visto jamás, concluía su análisis de urgencia con un latiguillo que reflejaba el espíritu de esta bondadosa y deportiva reunión: "Sólo les faltó cantar Amigos para siempre".Con gran habilidad, Clinton y Salinas de Gortari, que comparten no sólo la edad, se divirtieron ante los periodistas coincidiendo en casi todo, incluido el espinoso tema del Tratado de Libre Comercio (entre Estados Unidos, Canadá y México), que tantos quebraderos de cabeza le ha proporcionado a México en los últimos tiempos.Un mismo lenguaje

Clinton y Salinas hablaron de salud, emigración y narcotráfico en un mismo lenguaje. También dieron en su primer encuentro un repaso a la política mundial, deteniéndose, según confesó el mandatario norteamericano, en los conflictos de Bosnia-Herzegovina, Somalia, Irak y la Federación Rusa. El Salvador. y Guatemala, los dos puntos calientes de la región integraron la agenda latinoamericana, aunque sobre ellos no expresaron sus opiniones.

Quizá lo más importante, después de conseguir Salinas de Clinton que no toque el Tratado de Libre Comercio, fue la discusión sobre el particular concepto que mantiene Esta dos Unidos sobre el principio de extraterritorialidad, que su frió en sus propias carnes recientemente con el rapto, en carcelamiento, juicio y posterior puesta en libertad del médico Humberto Alvarez Machain, detenido ilegalmente por agentes antidroga norteamericanos en México.Clinton recordó en varias ocasiones que un presidente de los Estados Unidos no puede oponerse a una decisión del Tribunal Supremo, que en su día dio por válido este tipo de secuestros, pero reiteró que desde un principio -"y lo he dicho públicamente", indicóse ha mostrado contrario a estos procedimientos.

"Cuando otro país no ofrece dudas de que va a aplicar la ley no debemos involucrarnos ni violar su soberanía", advirtió tras ofrecer garantías de que no habrá más secuestros, porque asumirá el compromiso ya adquirido por George Bush con México hace unos meses en este sentido.

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