LA CRÍSIS DEL COMERCIO MUNDIAL

Bonn quiere que sus socios pacten con EE UU por miedo a la recesión

Alemania presionará a sus socios comunitarios, y especialmente a Francia, para que acepten la última oferta hecha el jueves por los negociadores norteamericanos en las conversaciones sobre los subsidios agrícolas y se evite así una guerra comercial entre la CE y Estados Unidos, en la que Bonn tiene mucho que perder. "Tenemos que llegar a encontrarnos", dijo ayer el ministro de Economía, Jürgen Möllemann. "Estamos en una situación en la que, a menos que haya nuevos impulsos para la economía, entraremos en una recesión global".Para Móllemann, es desproporcionada la relación entre los daños que p...

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte

Alemania presionará a sus socios comunitarios, y especialmente a Francia, para que acepten la última oferta hecha el jueves por los negociadores norteamericanos en las conversaciones sobre los subsidios agrícolas y se evite así una guerra comercial entre la CE y Estados Unidos, en la que Bonn tiene mucho que perder. "Tenemos que llegar a encontrarnos", dijo ayer el ministro de Economía, Jürgen Möllemann. "Estamos en una situación en la que, a menos que haya nuevos impulsos para la economía, entraremos en una recesión global".Para Móllemann, es desproporcionada la relación entre los daños que produciría una guerra comercial y los 11 compromisos menores" que la CE debería aceptar si asumiera la propuesta estadounidense. El ministro de Economía, en una entrevista radiofónica, se refirió específicamente a la disputa sobre el volumen de mercancías: "EE UU ha ofrecido una solución de compromiso en la cuestión de las semillas oleaginosas y de los cereales, que reduce a la mitad las cantidades anteriormente mencionadas por Washington y Bruselas". Para el político liberal, sería algo totalmente Irresponsable empujar a la economía global a una recesión

La amenaza norteamericana de imponer aranceles de hasta un 200% a productos agrícolas y vino por valor de 300 millones de dólares procedentes de la CE no afecta grandemente a Alemania.

Los problemas para Bonn son otros. Por un lado se teme que si las exportaciones agrícolas francesas, las que resultarían más afectadas por las sanciones, ven cerrados sus mercados fuera de la CE, podrían redirigirse hacia Alemania, afectando, entonces sí, a los pequeños productores y en especial a los vinateros. Pero más importantes que los problemas que puedan derivarse del sector agrícola son los que una guerra comercial en el Atlántico ocasionaría a la gran industria alemana, cuyo mejor cliente, al margen de la CE, sigue siendo Estados Unidos.

Las empresas BASF, Daimler-Benz, Volkswagen, Hoescht o BMW, entre otras, ya están sufriendo en los últimos tiempos los problemas derivados de la fortaleza del marco frente al dólar.

Archivado En