LA BATALLA POR LA CASA BLANCA

La rémora de Quayle

Dan Quayle deja la vicepresidencia de Estados Unidos con más pena que gloria, con el recuerdo de meteduras de pata gloriosas (como la de equivocarse al deletrear la palabra patata) y el hecho de haber sido una rémora permanente para George Bush, puesta en evidencia al compararlo con el historial y la imagen política de su rival demócrata, Al Gore. Procedente de una rica familia del Estado de Indiana, cuyo dinero y poder le aupó a la antesala de la Casa Blanca, Dan Quayle, a sus 45 años, se retira con el estigma del fracaso. El periodista británico William Rees Mogg dijo de él en 1988: "Es un e...

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Dan Quayle deja la vicepresidencia de Estados Unidos con más pena que gloria, con el recuerdo de meteduras de pata gloriosas (como la de equivocarse al deletrear la palabra patata) y el hecho de haber sido una rémora permanente para George Bush, puesta en evidencia al compararlo con el historial y la imagen política de su rival demócrata, Al Gore. Procedente de una rica familia del Estado de Indiana, cuyo dinero y poder le aupó a la antesala de la Casa Blanca, Dan Quayle, a sus 45 años, se retira con el estigma del fracaso. El periodista británico William Rees Mogg dijo de él en 1988: "Es un ejemplo apabullante de la quiebra del sistema educativo, de Estados Unidos". Ubicado en el ala derecha del Partido Republicano, fue elegido por Bush como compañero tal vez por el secreto convencimiento de que era el hombre ideal para no hacerle sombra. El tiempo ha demostrado su error: Quayle ha sido, para mal, una sombra permanente.

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